Los dos músicos y compositores visitaron a los alumnos de Máster en Periodismo Cultural con motivo de su estreno mundial, Va y ven, en el Centro Nacional de Difusión Musical
Dos amigos, Marco y Moisés, y dos pianos que se complementan con fuerza e intensidad. La música como lenguaje común, y el afán por comunicar como meta inequívoca. Así se presentaban en su visita a los alumnos del Máster en Periodismo Cultural de la Universidad CEU San Pablo.
La química que sintieron hace ya cuatro años tocando juntos por primera vez se trasladó a un prometedor proyecto cargado de música popular, jazz y clásica: Va y ven. Con influencias de rock sinfónico, Los Beatles, Radiohead o Peter Gabriel, Marco Mezquida (Menorca, 1987) y Moisés P. Sánchez (Madrid, 1979) juegan con la figura de improvisador, intérprete y compositor. «Queremos dotar a la música improvisada de la envergadura de la música clásica, y dotar a la música clásica de la libertad que yo no encontré en el conservatorio”, afirma Moisés.
Ambos artistas coinciden en el problema de acercamiento a su música por parte de los jóvenes, algo que afecta a la subsistencia de la propuesta compositiva. Esa supervivencia está marcada, ni más ni menos, por el público que los escucha.
«Me gustaría conseguir que entiendan, no el sufrimiento, pero sí el problema al que nos enfrentamos. La música popular que reina hoy en día no nos da un alimento musical rico para poder seguir creciendo» cuenta un preocupado Moisés. La gran mayoría de la audiencia está condicionada por una corriente social que nos conecta con lo sencillo, lo pegadizo, lo que se lleva.
La música tiene esa magia que yuxtapone las emociones al conocimiento, y en ocasiones, olvidamos el equilibrio. «Para hablar del esfuerzo y obra de una persona, primero, hay que ser muy atrevido. Cuanto más formado uno esté, con más elementos cuenta a su favor” comenta Moisés.
«Me ponían la etiqueta del Jazz, pero yo quería tocar para gente que no tuviera ni puta idea»
Marco Mezquida
Marco, que entiende la música como acto de celebración y de unión, comparte su deseo de comunicar a través de sus composiciones: «no quiero ser un compositor o un intérprete, o un improvisador. Quiero ser un poquito de cada cosa». Reniega de las etiquetas, y recalca su necesidad de romper con los estereotipos. «Me ponían la etiqueta del Jazz, pero yo quería tocar para gente que no tuviera ni puta idea», afirma entre risas.
Objetivos contrapuestos: ser clásico y despeinar el clásico. Un reto que abandera la libertad musical en cada una de sus obras y la ruptura del estereotipo al que se enfrentan como «música de vitrina». Jugar con ella para alcanzar el conocimiento de interpretar y componer.
Va y ven
La suite, empleada para Va y ven, es una forma instrumental procedente de la música barroca. Desarrollada en cinco movimientos, los pares compuestos por Marco y los impares por Moisés, los espectadores viajamos a través de las diferencias estéticas durante 50 minutos.
Piano frente a piano, los dos músicos se complementaban creando una atmósfera envolvente. Marco, más pausado y sosegado, acompañaba a su amigo, que se comía las teclas del piano a cada movimiento mientras lanzaba notas mudas al aire a través de sus pulmones.
En realidad, si algo hemos aprendido de estos dos grandes artistas, es que a veces no hace falta tener grandes conocimientos para reconocer un trabajo bien hecho. Y yo, sin tener «ni puta idea», os doy mi enhorabuena.
