‘Much Ado About Nothing (MAAN)’: jugar con Shakespeare

Cuando acabó la representación, todos los espectadores de la Sala Negra de Teatros del Canal se acercaron a ver la estructura: un mueble antiguo y destartalado sobre el que había una colección de juguetes «del chino», muñequitos de coleccionista, trastos antiguos y demás basura de plástico hecha figuritas.

David Espinosa, el… ¿director?, ¿creador? de la… ¿performance?, ¿representación?, del…¿show? alumbró con linternas los juguetes durante una hora y la proyección de sus sombras sobre una pantalla blanca había sido la base del espectáculo. Es decir, Much Ado About Nothing no era la puesta en escena de la comedia homónima de Shakespeare, sino la sombra de una serie de juguetes sobre un fondo blanco: los espectadores habían visto MAAN.

Además del juego de luces y sombras, Espinosa usaba una cámara de video, proyecciones y, de banda sonora, la música de Richard Wagner pasada por el Auto-Tune y una voz que leía fragmentos de obras del escritor inglés y pedía la imaginación cómplice del público. Éste iba a presenciar a un niño jugar con sus Playmobil y sus linternas. Y se iba a quedar embobado.

David Espinosa llevaba unos veinte minutos hablando de su creación cuando los trabajadores de Teatros del Canal le recordaron que el encuentro con el público había sido esa misma tarde, 2 de diciembre, y que ahora, tras la representación de las 21:30, no había tiempo para charlas, que se desalojase la sala. Ya.

Y fue una pena porque este show necesita una explicación. Es corto (dura una hora) así que podría incluirse una breve charla después de cada representación. Porque en esta performance lo más interesante es que el autor cuente el proceso de creación, la visión de su propia obra.

Much Ado About Nothing (MAAN), que se puede traducir como “mucho ruido y pocas nueces”, es un batiburrillo de distintos libretos de William Shakespeare. Momentos representativos de obras como Hamlet, Romeo y Julieta, Otelo, Macbeth, El rey Lear, La tempestad, Ricardo III, Antonio y Cleopatra, Enrique V, Como gustéis o El sueño de una noche de verano se llevan a escena a través de figuritas de personajes como Bob Esponja, Yoda o Bella, de La Bella y la Bestia. La nada envuelta en un bonito papel de regalo, la cutrez presentada de forma tan original que gusta. Es tal el cuestionamiento de los elementos del teatro en MAAN que el espectador siente algo de desconcierto: no existen los diálogos, no hay actores ni trama y, además, no son fácilmente reconocibles las referencias a las obras de Shakespeare. La estructura es el espacio escénico y también los actores. Sobre ella ocurre todo lo que envuelve el teatro de gran producción, pero claro, en miniatura.

MAAN se estrenó en 2014 en el Festival Teatro Clásicos en Alcalá. Espinosa reconoce que ahora, dos años después, la obra sigue mutando. “Incluso tengo nuevos actores”, señalaba mostrando una cerámica de un busto de mujer con media cara desecha. Era Lady Macbeth. El autor ha ido afinando en estos años los referentes a las obras, dejando de lado lo estético, más presente en la estructura inicial. “Aunque tampoco es mi intención- asegura-. Como planteo desde un principio lo que pretendo no es representar a Shakespeare, sino más bien jugar a partir de su universo y ver si se va a otro lado.”

MAAN nace de dos trabajos anteriores: Mi gran obra y Hekinah Degul. Con esta serie se hace una crítica a las representaciones de gran formato que tienen un envoltorio espectacular pero poco contenido. Esas que se realizan sin escatimar en gastos, pero que no aportan nada a la escena actual.

Además de la crítica a las producciones faraónicas, también se intenta plasmar la ironía de que se siga reinterpretando a los clásicos y que haya espectadores para verlo cuando ya sabemos los detalles de cada libreto. “Es como ver una serie llena de spoilers”, comparaba Espinosa.

David Espinosa (Elche, 1976) es licenciado en Interpretación Textual. Creó junto a África Navarro El Local Espacio de Creación, asociación de la que han nacido shows como Much Ado About Nothing (MAAN) (2014), Mi Gran Obra (2012) o Desconcierto nº1 para teclado y fracasado (2011).

MAAN y La triste figura (que plasma el recorrido hacia la locura de Don Quijote) han formado parte del  XXXIV Festival de Otoño a Primavera. Este Festival, organizado por la Comunidad de Madrid, busca servir de plataforma a artistas y creadores emergentes, tanto nacionales como internacionales. Su programación se extenderá hasta junio de 2017.