Lesbianos de lo más libertinos

Love of Lesbian

Carteles de entradas agotadas, camisetas de ‘John Boy‘ y miles de fans emocionados abarrotaron la mítica Sala Riviera de Madrid. Nada más y nada menos que tres horas de concierto en las que el mismo Balmes ya avisó que sería una ‘Noche eterna’, tema con que abrió el show. Calentando gargantas a través de una minuciosa luz roja, un telón de fondo con el nombre de la banda apareció en escena. El espectáculo comenzaba. ‘Belice‘ y ‘El hambre invisible‘ fueron las encargadas de los primeros latidos de la consagración lesbiana.

La guitarra de Jordi Roig y los teclados de Dani Ferrer amanecieron un concierto de lo más esperado. Mezclando temas nuevos con clásicos, el ritual siguió con ‘La Niña Imantada‘, ‘Noches Reversibles‘, ‘Los seres únicos‘ y ‘Me llaman octubre‘ con la colaboración de Charlie Bautista al acordeón.

Harto de llevar corbata y camisa a juego, el pater familias de los lesbianos continuó el show con una extravagante camiseta hawaiana. Era el turno del melancólico ‘Domingo astronómico‘, seguida de la pegadiza ‘Pizzigatos‘, la cual tímidamente dio paso a ‘Si salimos de esta‘, momento en que el cantante hizo un guiño a sus incondicionales comentando la crisis que vivimos.

Frescura y madurez musical se juntaron para regresar al pasado con un fugaz repaso de las canciones más conocidas de su anterior disco. ‘Segundo asalto‘ fue la primera escogida, arrebatada por la emotiva ‘1999‘ y esa preciosidad llamada ‘Allí donde solíamos gritar,‘ donde más de uno se dejó la voz. Estribillos como ‘vertical y transversal‘, ‘te hundirá y me hundirá‘ hicieron vibrar La Riviera de tal modo que apenas se distinguían las primeras letras de ‘Las malas lenguas‘. Delirio máximo que terminó con la mítica ‘John Boy‘ en un ambiente a flor de piel.

Con camiseta nueva y ese ingenio que tanto le caracteriza, el tono emocionante de Balmes retomó el presente defendiendo nuevos temas como ‘Wio, antenas y pijamas‘, ‘Si tu me dices Ben, Yo digo Affleck‘, en medio de una oleada de sujetadores, hasta despedirse con la fantástica ‘Los toros de la Wii‘.

«Otra, otra, otra» repetía sin cesar el público, y ahí estaban de nuevo, los libertinos lesbianos volvieron encima del escenario para ofrecernos dos temas más: ‘La Parábola del Tonto‘ y ‘Los días no vividos‘. El concierto finalizó con la relajada pero contundente ‘Oniria e insomnia‘ al ritmo de un inesperado cumpleaños feliz. Sorpresa grata fue para todos celebrar las primaveras del mismísimo cantante, quien unos días antes había sido su cumpleaños. En definitiva, un cóctel explosivo de pura adrenalina, digno de los lesbianos.

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