Los Panero, lúcidos bordes de abismo

Los Panero

Los Panero

La película de Jaime Chávarri, El desencanto, los llevó a la fama. Creó en torno a ellos una historia casi legendaria que aún hoy provoca fascinación. La familia de poetas se convirtió en emblema de la Transición. Tras el estreno del documental, pocos meses después de la muerte de Franco, nació la leyenda de los Panero.

Ya han muerto todos. El último ha sido Leopoldo María, a comienzos de este año, en un sanatorio psiquiátrico de Las Palmas de Gran Canaria, donde aún siguen sus cenizas (nadie las ha reclamado).

Luis Alberto de Villena trató estrechamente a esta familia y vivió con algunos de sus miembros los años en los que se iniciaban a la vida y a la literatura. Estos recuerdos son el material con el que construye su último libro, editado por la Fundación José Manuel Lara, Lúcidos bordes de abismo: Memoria personal de los Panero.

Lúcidos bordes de abismo“Este es un libro sobre mi relación personal con los miembros de la familia Panero, más con unos que con otros […] He dejado salir todos mis recuerdos procurando no reiterar, sino lo necesario, los muy parecidos, porque se diferencian poco. El libro es así biográfico o autobiográfico”, afirma su autor.

El escritor repasa también la obra de los poetas y las memorias de Felicidad Blanc y de Juan Luis. Una combinación de ensayo y memoria personal que analiza la destrucción en la que acabó esta peculiar familia.

“En el libro se cuentan muchas cosas de las que fui testigo y que nunca se han contado por escrito. Pero por encima de anécdotas que se vuelven categoría, creo que lo más novedoso del libro no es el horror hacia la familia franquista o hacia el padre, sino su búsqueda de la total destrucción. Su horror a la vida”, reconoce Villena.

Con esta obra, el escritor inaugura una nueva línea editorial de la Fundación José Manuel Lara de relatos autobiográficos elaborados a partir de experiencias propias y dirigida a lectores que deseen comprender el modo en que las historias particulares, familiares o generacionales reflejan o han influido en los sucesos de la Historia con mayúsculas.

La familia Panero:

 

Leopoldo Panero (1909-1962): El patriarca autoritario. Poeta de referencia en el franquismo, miembro de la Generación del 36. Orteguiano y de izquierdas. Fallece a los 52 años de una angina de pecho. Doce años después se estrena El desencanto.

 

Felicidad Blanc (1913-1990): La esposa y madre de los Panero. Elegante, altiva, burguesita del barrio madrileño de Salamanca. Demonizada por sus hijos. Leopoldo María dijo “mi madre fue la bruja más asquerosa del siglo, pero tenía derecho a serlo: mi padre y yo le hicimos la vida imposible”.

 

Juan Luis Panero (1942-2013): El hermano mayor. Comenzó las carreras de Derecho y Filisofía y Letras, pero no acabó ninguna. Publicó su primer libro de poemas en 1968. Durante muchos años su obra se vio relegada por la atención que causaba la de su “loco” hermano Leopoldo. También colaboró en diversas revistas como crítico literario.

 

Leopoldo María Panero (1948-2014): El último poeta maldito. Fumador compulsivo. En 1968 escribe su primer libro, tiene lugar su primer intento de suicidio y su paso por la cárcel de Carabanchel por consumo de marihuana. Considerado por muchos loco y genial a partes iguales. Muere solo, a los 65 años en el área de salud mental del hospital Juan Carlos I de Las Palmas.

 

Michi Panero (1951-2004): El hijo más joven. El más lúcido de los hermanos. El único que no quiso dedicarse a la literatura. Nacho Vegas le dedicó una canción. La idea y el guión de El Desencanto partieron de él. A él por tanto le debemos el mito de los Panero.

Alba Pérez

Periodista canaria. Aprendiz de sibarita. Apasionada del cine, el teatro y la cultura en general. Antes en Transversal Comunicación y Radio Canarias.

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