Uno de los souvenirs más aclamados de Italia suelen ser sus embutidos, sus quesos y sus pastas, de los que venimos cargados cuando viajamos a la Península Itálica. Sin embargo, en la actualidad, es fácil encontrar exquisiteces italianas en nuestra capital, y ya no es necesario que llenemos nuestra maleta de productos para intentar retener los sabores de una auténtica trattoria en nuestro paladar.
Además de tiendas gourmet especializadas, como Mangitalia (c/Galileo, 86), Il Pastaio (c/Río Rosas, 39. Mercado de San Miguel) o Acquafreda (c/Segovia, 1), son muchos y buenos los restaurantes en Madrid que te acercan la gastronomía italiana sin salir de casa. Pizzamascalzone (c/ Cervantes, 1), la Trattoria Sant Arcangelo (c/ Moreto, 15) o el ítalo-argentino Da Cuchuffo (c/ Juan Álvarez Mendizábal, 34) son algunos de los restaurantes que preparan típicos platos italianos con ingredientes originales del país trasalpino. La importadora y distribuidora Benetti & Pecoraro se los proporciona. 
¿Cómo podrían ofrecer en sus cartas Funghi porcini con speck sino les trajeran del Alto-Adigio, en el norte de Italia, el apreciado jamón ahumado tirolés? Con un distintivo sabor a enebro, el speck se obtiene de las patas traseras del cerdo, que se deshuesa antes de curar. Se podría reemplazar por panceta, pero el cliente podría sentirse estafado con un sucedáneo de esta receta. Como engañado se sentiría también si, al pedir una saltimbocca, lo que envolviera a su ternera fuera una loncha de jamón en lugar de Prosciutto di Parma.
Los dos países mediterráneos compartimos el gusto por los embutidos y el jamón y, según el director de Benetti & Pecoraro, Alessandro Faccioli, uno de los productos italianos con mayor aceptación en la Península es la mortadela. El embutido boloñés cuenta con una larga tradición gastronómica, lo que ha favorecido que hoy por hoy se encuentren un elevado número de especialidades en el mercado; por ejemplo, la mortadella con pistacchio. “En España, la mortadela se asocia a un producto de bajo coste –declara el director –; en Italia, en cambio, le hemos puesto un poco más de empeño en su elaboración y la hemos revalorizado.”
El hecho de que estos productos vengan con denominación de origen garantiza al consumidor un nivel de calidad óptimo. No dejará indiferente a su bolsillo, pero tampoco a su paladar: Provolone, Gorgonzola, Mascarpone, Parmiggiano Reggiano, Grana Padano… Cualquiera de sus quesos son buenos sobre un carpaccio o en una ensalada, en un risotto o en la pasta, como postre o como aperitivo, cortado en trozos o escamas… Pero siempre junto a una buena copa de vino.
Desde Benetti & Pecorara están haciendo un esfuerzo por introducir en España vinos italianos más allá del Lambrusco. “Aquí es lo que tiene más éxito –confiesan desde la empresa refiriéndose a las uvas de la Emilia-Romagna –, pero ningún comensal encontrará este vino en la carta de un restaurante de Italia.” En su lugar, podrá disfrutar, por ejemplo, del rubí intenso de un Palio Monte Pulciano d’Abruzzo. “O del Nero d’Avola –apunta la distribuidora –. Se trata de un vino tinto casi africano, que crece sólo en el sur siciliano. La uva recibe mucho sol y su gusto es bastante más fuerte.”
Para quien no pueda soportar tan intenso sabor, no hay bar en Italia donde no pueda tomar Ispritz, una bebida de moda con muy poca graduación alcohólica que se sirve como aperitivo antes de comer. Por el momento, en los locales españoles la cerveza continúa triunfando más. En cualquier caso, quien quiera probar este brebaje anaranjado a base de aromas, vino blanco y mosto de uva concentrado, ya no será necesario que viaje a Italia, porque en los comercios y los restaurantes italianos de la ciudad podrá degustar todos los sabores de una trattoria de verdad.
