Si algo puede ocurrir en un concierto es que no empiece a su hora, pero Rubén Pozo cumplió casi con su horario. Lo suficiente para no poder llegar a ver el comienzo de la presentación en la sala Joy Eslava de Madrid de Lo que más, el disco de Rubén en solitario. Pero eso no es lo importante porque lo que se vivió anoche en Joy fue la constatación de que Lo que más es un disco con mayúsculas que gana muchísimo en directo. Tras una primera parte algo tensa pudimos ver brillar temas como Chavalita, Invierno o La pegatina que consiguieron que Rubén y su banda se hiciesen con el público.
Un público, por cierto, muy entregado que no dudó en apoyar a Rubén en sus mensajes reivindicativos a favor de su disco y de sus canciones.Como él mismo dijo no es que el disco sea malo o bueno es que es un trabajo que necesita sus escuchas y su tiempo, quiere hacer sus canciones y no quedarse en un segundo plano; “esto ha sido un empezar de cero”. Y, ¿a quién no le viene bien eso de vez en cuando?
Definitivamente anoche asistimos a la declaración de intenciones más sincera de Rubén y es que lo de volver con Pereza es algo que para él ya queda muy atrás. El concierto del 8 de junio en Vistalegre será el único que darán Rubén y Leiva juntos para después seguir por separado. Será una ceremonia / despedida por todo lo alto en la que seguro que sus acérrimas fans echarán alguna que otra lagrimilla.
El pasado siempre será algo que acompañará a Rubén y por eso no dudó en tocar antiguos temas suyos de Pereza como la cañera y canalla Pirata, la ya más que mítica Madrid, Margot, Rum, rum, Manager o Pelos de punta. Con Rubén anoche pudimos disfrutar de la vitalidad de sus temas, de sus bailes por el escenario, de sus saltos como en el videoclip de Pegatina, y de sus declaraciones de intenciones. Imprescindible en directo, Rubén enamora a cada paso que da. Después de este gran despegue, esperamos que pueda volar mucho más alto para no echar de menos el pasado en esta nueva aventura.
Fotos por: María Martín-Consuegra
