La Noche del Jaguar se escuchó rugir en Joy Eslava

Iseo & Dodosound (Foto: Karla Vivanco)

La Noche del Jaguar Flyer

La sala comenzó a retumbar con Diosque, banda argentina que dio un calentamiento natural para recibir al que se ha ganado el puesto como el mejor grupo de dub de España hoy en día: Iseo & Dodosound. El jueves 1 de junio, Joy Eslava vibró una vez más en La Noche del Jaguar, porque la música que hace bailar se conecta con nuestra sustancia espiritual.

Entre cientos de estilos, el dub es un género de música electrónica que nació a raíz de la experimentación con el reggae en los años 60. Enfatizando el bajo y la batería, y alimentándose de efectos como el reverb y el delay, crea un rebote melódico del cual es imposible escapar.

La gente cantaba como si fuese una banda de toda la vida. De esas que marcan tu niñez, trayendo recuerdos. Su propuesta es reciente, pero su música suena fuerte en las redes sociales y en festivales. Su voz tiene soul, sus tracks son adictivos, y The Mousehunters, la sección de vientos de metal, mostraron a cuatro tíos con groove de sobra, que disfrutaban como si fuesen parte del público.

Iseo (Foto: Karla Vivanco)
Iseo (Foto: Karla Vivanco)

Tocaron Zombie, Freedom, Fresh Air, y Fallin Asleep, temas conocidos pertenecientes a Cat Platoon, su primer disco de larga duración grabado en 2015; junto con canciones de Roots in the air, álbum que acaban de publicar este año, como My microphone y Vampire, el primer single, éxito absoluto.

Sorprendieron con un ska para aumentar la celebración. Si ya era imposible quedarse quieto, esto fue como descorchar champanes. “Hay mujeres en el reggae”, gritaba Iseo, una autentica show woman que dio su alma al público. La banda entera regaló energía como hace la buena música, de forma honesta, que no se piensa pero se siente.

The Mousehunters (Foto: Karla Vivanco)
The Mousehunters (Foto: Karla Vivanco)

Los asistentes eran marionetas poseídas aplaudiendo sin cesar. La música se abría espacio entre oídos hambrientos que apuntaban fijamente al escenario, las voces seguían la letra de cada canción. De repente las trompetas rompían la bulla con un eco que se esparcía levantando hasta los más difuntos.

El concierto acabó. Dodosound demostró ser un auténtico selektor. Dejó de lado los vinilos y se apoderó del micrófono para presentar a los integrantes. El estallido fue total. Sin embargo, la fiesta no terminaba aquí. El jaguar se iba a apoderar de la noche y el dub era solo el comienzo.

Iseo & Dodosound (Foto: Karla Vivanco)
Iseo & Dodosound (Foto: Karla Vivanco)

Terminado el descanso, se abrió nuevamente el telón presentando en el escenario una mesa de mezclas. Llegó el momento de los Jaguar Dj’s para continuar con el ritual. Los ritmos electrolatinos treparon rápidamente por el suelo, preparando el ambiente para que los tracks siguientes se apoderaran del espacio animal. Era hora de Ondatropica Soundsystem.

Quantic (Reino Unido) y Frente Cumbiero (Colombia) son dos dj’s y productores expertos en despertar los ritmos ocultos de la cumbia old school colombiana, y que han unido sus poderes para formar un proyecto que está sonando en todo el mundo. Esta vez fue el turno de Madrid de rendirse al frenesí.

Ondatropica Soundsystem (Foto: notodo.com)
Ondatropica Soundsystem (Foto: notodo.com)

Sonidos de tropical bass, golpes africanos y zapateos, conformaron la transición ideal para que el español Malaria cerrara el evento. La Noche del Jaguar ha creado su propia fiesta patronal. Los visuales mostraban plantas, selvas sicodélicas, tigres de colores y patrones precolombinos, creando una simbiosis perfecta.

De inicio a fin, los artistas animaron cada uno fiel a su estilo. No hubo lugar para el descanso. La música demostró una vez más, tener la impresionante facultad de unir personas y continentes, de dispersar fronteras. Un poco de selva es necesaria en la ciudad, para olvidar el abecedario y recordar que somos parte de la fauna.

Al cerrar los ojos, las luces y visuales se fundían en mandalas de colores en un despierto estado de alucinación. Parecerá exagerado, pero cualquiera que haya asistido dirá lo mismo. Así, el jaguar despertó en Joy Eslava para bailar como en un ritual donde solo faltó la fogata.

 

Alvaro Guzmán

Difundir y contagiar la cultura en todas sus formas es indispensable, ya que nos sensibiliza y mantiene lo que somos: seres humanos, y no solo seres.

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