Yo soy Malala

Malala Yousafzai, con ese nombre impronunciable y tan solo dieciséis años, esta niña pastún acaba de ganar el premio Sajarov y ha sido nominada para el Nobel de la Paz; además de haberse reunido con algunos de los presidentes y primeros ministros más poderosos y ser entrevistada por los medios de comunicación más influyentes.

Pero, qué es lo que tiene Malala -llamada así en honor de un antiguo héroe Afgano- de especial. Fundamentalmente su gran coraje al haber desafiado a los talibanes reivindicando el derecho a la educación de las mujeres.

Ella era una niña normal, buena estudiante e hija de un maestro local -hasta que los talibanes invadieron el valle donde vivía- el valle de Swat; al que describe en su libro Yo soy Malala, como «un paraíso».

Los invasores, con sus mentalidades cerradas y actitudes violentas, ancladas en un machismo recalcitrante no solo obligaron al uso de la «sharia» sino que además prohibieron a las mujeres estudiar. «Yo jugaba en el pasillo de la escuela», recuerda Malala. «Se puede decir que crecí en una escuela».

Las amenazas contra la familia de Malala se multiplicaron a medida que ella y su padre intensificaron sus críticas contra los talibanes. Hasta que un día fue disparada por uno de ellos cuando se dirigía a su escuela en un autobús junto con otras niñas. La bala casi acaba con ella pero, afortunadamente, fue trasladada a un hospital en Birnmingham (Inglaterra) donde le salvaron la vida.

Desde entonces ha sido alabada por su valor al haber sido capaz de defender sus derechos y convicciones pese a todo. Después de sobrevivir a ese atentado y de luchar durante meses por su vida en el hospital, Malala ha escrito el libro Yo soy Malala, donde narra su experiencia. Publicado por la editorial Alianza, el libro puede encontrarse en todas las librerías y se presenta como una estupenda opción de regalo para estas Navidades.