Y un inglés vino a Bilbao

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Bilbao hace algo más de treinta años era el Athletic, San Mamés y lo Altos Hornos de Vizcaya, poco más. Humo, suciedad gris, lluvia y alguno añadiría también el terrorismo. Después de años de incertidumbre económica, ha conseguido recuperar todo su dinamismo al convertirse en una ciudad de servicios, volcada en su regeneración medioambiental y urbana y en la cultura. Ya casi han desaparecido todos los antiguos terrenos industriales, la villa se plantea el reto de una nueva transformación espacial y la ha convertido en una ciudad cada vez más atractiva.

 

El impresionante Museo Guggenheim, la nueva Alhóndiga o el Palacio Euskalduna de Congresos y de la Música, sede de la ABAO, se han convertido en los grandes referentes de la nueva vocación de Bilbao, que continúa recuperando numerosos espacios antes industriales  para el ponerlos al servicio de los ciudadanos y visitantes. Sin olvidar la parte gastronómica y sus pintxos.

Todo partió del proyecto Bilbao 2010, que se basaba principalmente en tres pilares: las personas, las actividades y elguggenheim atractivo de la metrópoli, lo conocido como la Gran Bilbao, sin perder de vista la innovación y el conocimiento. Una gran bilbainada, como otro típica fanfarronería que se suelta entre potes y zuritos con la cuadrilla por el Casco Viejo, pero que acabó siendo una realidad. Hasta el punto en el que la ciudad ha sido merecedora del premio que otorga INTUR, la Feria Internacional de Turismo de Interior más importante de España, como el mejor “producto de Turismo Cultural”. Lo siguiente es el nuevo San Mamés, catedral del fútbol español. Y ya lo ha dicho el alcalde, Iñaki Azkuna, se podría hacer otra bella bilbainada y poner el arco mítico del estadio en uno de los nuevos puentes que van a cruzar la ría.

Es una ciudad atractiva para las personas con ideas, con inquietudes. Una ciudad comprometida con los proyectos innovadores, con las apuestas arriesgadas. Quizás no tenga un tejido empresarial de miles de pequeñas empresas, pero sí tiene grandes compañías potentes que luchan por su ciudad y ejercen de bilbaínos allí por donde van.  Bilbao en estos diez años ha pasado de la reconversión a la innovación. Arte, comida, paseos, música, ópera, fútbol, naturaleza. Ya se sabe, Jesús era tan humilde que pudiendo nacer en Bilbao, nació en Belén.

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