/

Xavier Espinosa: «Los niños quieren ser futbolistas o policías, yo quería ser imitador en la radio»

Xavier Espinosa en Catalunya Radio
Xavier Espinosa en Catalunya Radio

Cualquier buen catalán que se preste ha visto alguna vez Polònia y APM?, dos de los mayores programas de entretenimiento de TV3. Fue a principios de los 2000 cuando el canal de televisión de Cataluña emitió sus primeros episodios que, con sátiras de políticos, cantantes y futbolistas, entretienen por las noches a los espectadores catalanes. Fue también por esa época cuando un Xavier Espinosa de 10 años descubrió el mundo de la imitación. Catorce años más tarde, y con más de 58 mil seguidores en Tik Tok, ahora es él quien aparece en la pantalla inspirando a pequeños futuros comediantes.

La hora que dura la entrevista —si se le puede llamar así a dos personas conversando sobre su vida— la pasa con una sonrisa en la cara. «No sé si he sido muy claro, con lo que me lío a hablar…», comenta riendo al final de la charla, «otro día me cuentas tú tu vida». Su interés es genuino, pero se disculpa, tiene que irse corriendo a grabar unos doblajes para ese mismo día. Su prisa y ocupación no es de extrañar, ese Xavi imitador de otro Xavi (Espinosa imitador de Hernández) no solo ha conseguido formar parte de los gags que disfrutaba viendo de niño, sino que también trabaja en los programas de radio Tot Gira y El Suplement, de Catalunya Radio.

¿Cómo ha llegado hasta aquí? El camino no establecido ha pasado por una carrera de Publicidad, una familia que lo ha apoyado con sus demasiado honestas impresiones y un esfuerzo acompañado de esas pequeñas ráfagas de suerte necesarias para triunfar. Ese niño de 10 años es ahora imitador y, lo que empezó como un entretenimiento en el patio del colegio, es ahora su profesión.

Xavier Espinosa, imitador
Xavier Espinosa, imitador

Una profesión platónica

Cultura Joven: ¿Cómo empezaron las imitaciones?

Xavier Espinosa: En primaria, en el patio del colegio, unos amigos y yo hacíamos un espectáculo que se llamaba Los Besugos. Era una tontería, no sé ni de donde vino. Creo que fue mi amigo el que me dijo: «¡Mira! Cara de besugo». Y, con 10 años, decidimos montar un show. Ahí no creo que hiciéramos imitaciones, simplemente hacíamos bromas y juegos, pero recuerdo que hasta se llegó a reunir gente para verlo. Eso sería el primer contacto con el mundo del espectáculo, tal cual [se ríe]. Yo creo que ya en esa época empezaba a hacer imitaciones porque veía el programa de Polònia. Descubrí que existía la imitación gracias a ellos y empecé, precisamente, imitándolos a ellos, a los de la tele. Pero, obviamente, como estás en un colegio y tienes alumnos y profesores a los que imitar… más tarde empecé a sacar mucho material de ahí.

CJ: Entonces, todo empezó con Polònia.

X.E.: En realidad sí. Nunca me lo había planteado, pero sí.

CJ: Pero solo era una afición.

X.E.: Sí, lo hacía porque me lo pasaba bien y porque veía que la gente se lo pasaba bien. Cuando la gente se ríe también te anima a seguir haciéndolo. No diría que era el típico payaso de clase, pero siempre que pasaba algo yo estaba ahí, metido en el ajo. Me gustaba hacer el tonto, siempre me ha gustado. Mi familia siempre me ha dicho que ya con 3 o 4 años hacía chorradas. Pero cuando era pequeño nunca me planteé que eso podía ser una salida profesional. Ni como niño ni más adelante, ni con 13 o 14 años.

CJ: ¿Existía otro objetivo profesional en aquella época?

X.E.: Mmm, no, a ver, mentira [se ríe]. Lo que quería decir es que nunca me puse a practicar como tal en casa. Simplemente me salía y, como me salía, lo hacía, y ya está. Pero nunca dije: «Quiero estudiar a este personaje». Con esta conversación acabo de descubrir que Polònia fue el origen de todo, pero la otra cosa que ha tenido mucha influencia en mi vida es un programa de radio que escuchaba de pequeño. Mi colegio estaba en Pedralbes (Barcelona) y yo vivo en Badalona, por lo que mañana y tarde me chutaba una hora y pico de tráfico con la radio puesta. Había un programa que todavía existe, Versió RAC1, en el que aparecían imitadores. Iban metiendo personajes y cosas así, improvisadamente. Yo lo escuchaba y me flipaba. Eso me metió el gusanillo de hacer radio y al final se convirtió, cuando era un poco más mayor, en mi ilusión, mi sueño. ¿Profesión platónica? Ser imitador en la radio. Los niños quieren ser futbolistas o policías, yo quería ser imitador en un programa de radio.

CJ: ¿Cuándo surgió el interés por perseguir esa profesión platónica seriamente?

X.E.: Al principio seguí el camino ‘establecido’: acabé bachillerato y me metí en Publicidad y Relaciones Públicas. Era una cosa que siempre me había gustado; me gustaba escribir, me atraía crear. Lo que pasó, que para mí es lo que me cambió la vida y me llevó a hacer lo que me gusta, fue que encontré unos flyers de unos cursos prácticos de radio en un pasillo de la universidad. Cuando lo vi un día saliendo de clase dije: «Ya está, esto es». Me vino todo de repente. «Esto puede ser esa formación que no existe para esta profesión». Antes de encontrar ese flyer, yo iba bastante loco enviando a radios audios míos por mi cuenta, pensando: «Voy a hacer que todos los programas de todas las radios de Cataluña y de España escuchen esto». Y mandé 30 emails con un paquete de audios que me había preparado. Recibí solo una respuesta positiva. Paralelamente, ya estaba haciendo el curso de radio y ya me había salido una oportunidad gracias a él en Catalunya Radio. Mis primeras palabras en la radio fueron en el programa Tot Gira.

«Había un programa que todavía existe, Versió RAC1, en el que aparecían imitadores. Yo lo escuchaba y me flipaba»

Número musical del programa de Polònia con Xavier Espinosa

Empezó con una llamada…

CJ: ¿Cómo fue esa primera experiencia en la radio?

X.E.: ¡Muy bien! Tengo marcado el primer día. No fue traumático ni mucho menos. Estaba muy nervioso, pero fue bien. Empecé haciendo cosas muy puntuales: me llamaban por teléfono y yo entraba a hacer imitaciones durante 2 minutos con un guion. Luego, ese mismo verano, me dieron una oportunidad en el programa Gravetat 0 (Catalunya Radio). A la vez seguía con la carrera porque también me gustaba, aunque tenía claro que no era mi pasión. Al final, yo lo que estaba haciendo era una llamada, no podía dejar la carrera porque no sabía si lo de la radio iba a progresar.

CJ: Ahora podemos afirmar que sí progresó.

X.E.: Sí. Una vez estás dentro… Lo difícil es entrar en la rueda, aquí y en todos los sectores. Una vez dentro, la gente te escucha, te ve y te conoce. Si te lo curras y lo haces bien (y estás por la labor) salen oportunidades. Ahora mismo, este año es el que estoy teniendo más suerte en cuanto a trabajo porque estoy haciendo más cosas que nunca. Estoy en diversos programas de radio, en Polònia y en APM?. Son muchas cosas variadas.

CJ: ¿Cómo ha vivido tu entorno todo ese proceso?

X.E.: Mi familia ha sido el motor principal, nunca han sido de lanzarse a lo loco, pero tampoco fueron de esos de «tú, actor, no vas a ser». Me aconsejaron que siguiese con la carrera y lo trabajase todo. Pero, al mismo tiempo, me obligaron a abrirme una cuenta de Instagram de imitaciones y me presionan para que cuelgue cosas, porque yo soy muy vago. Mi familia es la que m’ha encoratjat a fer les coses [me ha alentado a hacer las cosas] y me ha exigido para que tenga siempre claro si lo estoy haciendo bien o mal. Es más, yo me cabreo con mi padre casi a diario [se ríe]. Todavía vivo con ellos y, por ejemplo, ahora tengo que hacer doblajes cada semana y se los enseño a mi padre antes de enviarlos. A veces me contesta: «No, hijo, esto no, esto no está bien». Y me cabreo [se ríe]. Da muchísima rabia, pero tiene razón.

CJ: Realmente es un sueño cumplido.

X.E.: Sí, es muy heavy, y soy consciente de que no es normal, porque no conozco a mucha gente que se dedique a lo que siempre ha querido hacer. Es esfuerzo, pero sí que es verdad que, aunque haya esfuerzo, a veces no te llegan las cosas. Hay que estar en el sitio adecuado en el momento adecuado, y también tomar las decisiones adecuadas. Todo tiene que cuadrar y para mí cuadró. Y, al entrar en el mundillo, sientes tanta ilusión de estar haciendo lo que siempre te ha gustado que también te motiva a seguir trabajando. Yo tengo que sacar personajes siempre porque puede pasar que un personaje que siempre imitaba desaparezca de la esfera pública. Si no te esfuerzas y no vas progresando… Con la televisión sí que pensaba: «También me molaría mucho esto, pienso que podría hacerlo» y entonces va y tengo la suerte de que me llaman y acaba pasando. Es como que, todas las cosas que tengan que ver con esto (radio, televisión, obras de teatro, shows…), todo eso me gusta hacerlo.

«Hay que estar en el sitio adecuado en el momento adecuado, y también tomar las decisiones adecuadas. Todo tiene que cuadrar y para mí cuadró»

Gag del programa Polònia con Xavier Espinosa

De la locución a la pantalla

CJ: Después de esa introducción a la radio, ¿cómo se dieron los primeros pasos en televisión?

X.E.: Me llamaron ellos, pero por qué me llamaron es una mezcla de muchas cosas. Primero: tengo mi Instagram que es como un CV visual. Siempre me han dicho que por ahí me habían visto varias veces. Segundo: como todo en la vida, siempre va muy bien tener a una persona que te recomiende. Me apunté a un curso para hacer improshows, un profesor que tuve me recomendó y en verano me llamaron. «Queremos que vengas a hacer un casting». Y me cogieron.

CJ: Personalmente, ¿cómo viviste este proceso?

X.E.: Fue un subidón, no te lo crees. Porque te llaman y ya saben tu nombre y quien eres. «Ei, Xavi, som de Polònia [Ey, Xavi, somos de Polònia]». Un sueño. Es que trabajar en Polònia también era mi sueño. Siempre lo veía cuando era niño. Mis padres como locos. Todos como locos. A nivel personal es como estar en una nube constante. Intento siempre tener muy presente lo afortunado que soy. Siento mucho agradecimiento. Cada vez que voy a trabajar pienso: «¡Que guay! ¡Estoy aquí haciendo esto!».

CJ: Hay artistas a quienes no les gusta ver su propio trabajo, ¿es tu caso?

X.E.: Para nada. Al principio en la radio me escuchaba siempre, luego ya no porque no tengo tiempo. Pero en Polònia me miro siempre, porque me interesa corregirme. En Polònia me falta mucho de actor, porque yo no soy actor, nunca lo he estudiado. Supongo que me vieron una cierta capacidad para hacerlo porque cuando imitas inevitablemente estás actuando y por eso me han dado la oportunidad, pero yo estoy aprendiendo a actuar ahora, ahí, trabajando.

CJ: Entrar en Polònia debió imponer bastante…

X.E.: Sí, eso me daba mucho miedo. El primer día que me dijeron «Xavi, demà estàs convocat, has de fer aquest personatge i aquest altre, et passem els guions [Xavi, estás convocado, tienes que hacer este personaje y este otro, te pasamos los guiones]» fue horroroso. Ellos te tiran al ruedo. Sí que te ayudan, pero no hay nadie que te vaya diciendo «va, poc a poc [va, poco a poco]». Los primeros días tenía mucho miedo. Pero fueron bien, muchas cosas que mejorar pero, en general, sí. Para ser la primera vez estuvo bien. Dejémoslo así.

CJ: Actualmente también podemos encontrarte en APM?.

X.E.: Sí. APM? me contactó por Instagram bastante a la par que Polònia, pero siempre lo he hecho desde casa. Me compré un micrófono y grabo con mi ordenador. No los conozco ni físicamente. Como ha habido la pandemia de por medio también, lo he hecho todo desde casa. Parece que no, pero para 30 segundos igual me tiro 2 horas porque estoy haciendo de actor de doblaje, algo que tampoco había hecho nunca.

«Cuando veo mis personajes me doy cuenta de que todos acaban cogiendo un aire de bonachón, son entrañables. No voy a hacer daño»

Xavier Espinosa imitando a Messi
CJ: Tras conseguir alcanzar el sueño de trabajar en la radio y más tarde en televisión, ¿cuál es el siguiente paso?

X.E.: Me gustaría poder estar en un programa de radio diario. Estar cada día haciendo esto. Y parece que hay posibilidades. También me gustaría tener más trabajo en la televisión e ir creciendo y tener mi propio show, mi propio espectáculo en un bar. Lo que pasa en este mundillo, y de lo que me voy dando cuenta, es que si quieres vivir de ello no puedes hacer solo una cosa. Mucha gente se monta su propio espectáculo porque hay que diversificar mucho. Si saliese una oportunidad de actor, sin imitar, también la cogería.

CJ: ¿Qué impresiones has recibido sobre tus imitaciones?

X.E.: En general los inputs que he recibido de conocidos de las personas que imito son buenos. Como las parodias que hago no van a hacer daño… Cuando veo mis personajes me doy cuenta de que todos acaban cogiendo un aire de bonachón, son entrañables. No voy a hacer daño. Pero esto no está hecho para todos, no a todo el mundo le gusta.

CJ: ¿Y de los oyentes y espectadores?

X.E.: A veces hay gente que te escribe, que no te conoce de nada pero te escribe porque ha visto algo y te felicita. Yo flipo con eso. En Polònia hubo un gag en el que salía con un niño y hacíamos de hermanos. El chaval tenía 10 o 12 años. De repente, su padre me dijo: «Es molt fan teu, et segueix i t’imita [Es muy fan tuyo, te sigue y te imita]». ¿En qué momento? Yo no soy nadie, ni cerca de ser famoso. Pero a este chaval le gusta Polònia, me sigue en Instagram y ya con eso «t’admira molt [te admira mucho]». Eso es increíble. Es una locura. Es muy bonito. Nunca lo hubiera imaginado. Aunque también tienes hate, recibo algún hate en Instagram y Tik Tok. Hay gente que noto que desprecia un poco este tipo de trabajos, igual que no valoran el de un cantante, un pintor… Eso da rabia. Yo siempre pienso: «vale, si piensas que este trabajo es una chorrada hazlo tú, pinta tú, canta tú, compón música tú», pero después tienes a un niño de 10 años que es fan tuyo. Si ser algo famoso es eso, yo encantado.

Deja una respuesta

Your email address will not be published.