La mundialmente famosa obra de la artista mexicana aterriza en Madrid en forma de un espectáculo de proyecciones animadas de la mano del Grupo ACCIONA
La imagen de una mujer de poblado entrecejo y coloridas flores adornando su pelo, recogido en un elegante moño, es todo un icono del arte contemporáneo. No obstante, hay muchas personas que quizá puedan desconocer el sobrecogedor trasfondo que hay detrás de esta aclamada figura.
ACCIONA Ingeniería Cultural ofrece al público un recorrido a través de la vida de la célebre artista, mostrando su trayectoria pictórica, fotografías y creaciones literarias en forma de hipnóticas proyecciones y música folclórica mexicana en el Teatro Instante, en Madrid.
La obra de Frida Kahlo
Frida Kahlo comenzó a pintar no por vocación, sino como vía de escape para desahogarse de su sufrimiento. Los problemas de salud que la atormentaron a lo largo de su vida se reflejan con tesón en sus cuadros. Ahora bien, la artista conoció el amor de la mano del también pintor Diego Rivera, así como de familiares que siempre le brindaron todo el apoyo que pudiera necesitar. De este modo, las penas y alegrías que conformaron su vida quedaron catárticamente plasmadas en obras como El venado herido o Mis abuelos, mis padres y yo, presentes en esta exposición.
Los fondos en los que Frida situaba a sus personajes eran principalmente paisajes con gran lujo de detalles, coloridos y oníricos, como vemos en Moisés o Flor de vida. Sin embargo, la naturaleza de estos expresaba una gran desolación, rozando en ocasiones la angustia, como se puede observar en Sin esperanza, La columna rota o Las dos Fridas. Pese a ello, el rostro de Frida siempre aparece con una expresión completamente hierática y carente de emociones.
En relación con esto último, cabe señalar que la gran mayoría de los cuadros de Frida Kahlo consistían en autorretratos, como Autorretrato con mono. No obstante, también encontramos obras en las que su rostro no es el protagonista. Un ejemplo de esto es Lo que el agua me dio, pieza que también se encuentra en esta exposición, y en la que vemos un par de pies, presumiblemente de Kahlo, flotando en una bañera. Dentro de esta yacen también una amplia variedad de elementos cadavéricos y ensangrentados, que evocan terrible agonía.
Fama y legado
El estilo de Frida fue calificado como surrealista por parte algunos de los máximos representantes de este movimiento, como André Breton, en la exposición que Kahlo realizó en la galería Julien Levy de Nueva York, en 1938. Pero curiosamente, la propia Frida difería de esta catalogación, ya que, según sus propias palabras, ella “no pintaba sueños, sino su propia realidad”. Así pues, fue creando un estilo propio, del cual formaban parte su figura y vivencias mezcladas con la naturaleza y con iconografías propias de la cultura y tradición mexicana.
Con todo esto, es importante apuntar que, a pesar de que Frida Kahlo cosechó gran éxito en vida debido al reconocimiento de famosos artistas de la talla de Picasso, Kandinsky y el ya mencionado André Breton hacia ella, la verdadera fama mundial le llegaría de forma póstuma, aproximadamente dos décadas después de su fallecimiento, en los años 70, tal y como ha señalado la historiadora Laura González Matute en diversas entrevistas sobre la obra de Kahlo.
Esto fue debido, entre otras cosas, al cada vez más creciente auge de los movimientos feministas, que encontraron en Kahlo un icono de mujer revolucionaria. Sus llamativos atavíos, sus icónicas cejas al natural, sin depilar, su bisexualidad, así como el hecho de que su notoriedad sobrepasase a la de su marido, le atribuyeron una fama universal que todavía llega hasta nuestros días.
Una experiencia multisensorial
Situada en un antiguo garaje de autobuses y con una superficie que ronda los 1.100 m², la exposición comprende un conjunto de proyecciones animadas en HD, tanto en las paredes como en el suelo. Todo esto envuelve al espectador en una atmósfera aderezada con una banda sonora creada por Arturo Cardelús, compositor nominado en la 34º edición de los Premios Goya a la Mejor música original por Buñuel en el laberinto de las tortugas, en el pasado 2020.
La exposición se podrá visitar hasta el próximo 1 de abril, fecha tras la cual el espectáculo será llevado a ciudades como Barcelona, Copenhague o Bangkok. Las entradas pueden adquirirse a través del siguiente enlace. ¡No se la pierdan!
Lo cuenta de una manera muy fácil biennnnn