Tortura, terrorismo. Teatro

Cartel José K. Torturado

Un evento reúne en la plaza principal de la ciudad a toda la cúpula política y a cientos de ciudadanos. Un terrorista ha puesto una bomba. La policía lo detiene e interroga a través de cualquier método para  les diga donde se ubica la bomba. ¿Es lícita la tortura? ¿Hasta dónde llega el convencimiento de un terrorista?. Tanto si os habéis pensado las respuestas como si tenéis muy clara vuestra posición no podéis dejar de ver la obra José K. Toturado.

Una caja con interior de espejos e inquisitivas luces. Un despiadado terrorista dentro de ella, esposado y desnudo. Y una gran pantalla donde indagar en su mirada. La puesta en escena de José K. Torturado facilita al espectador replantearse los principios que ePortada José K. Torturadostablece la no violencia sin plantear una postura fija, que el espectador decida. Los límites que separan el valor de cada vida y dividen la tortura física de la psicológica se nos presentan variables en esta obra cuyo escenario puede ser cualquier país y cualquier ideología. Más allá del terrorismo y sus extremas creencias que no entienden de arrepentimiento José K. Torturado reflexiona sobre la situación actual del tercer mundo o la influencia de los dictadores.

Javier Ortiz escribió este texto a raíz de que Sandra Toral asistiese a una de sus conferencias sobre el tema y le propusiese crear una obra de teatro centrada en ello. Dirigida por Carles Alfaro y protagonizada por Pedro Casablanc, con una acertadísima interpretación que nos acerca a los sentimientos más escondidos y las convicciones más evidentes de un terrorista, José K. Torturado estará en el Teatro Español hasta el 5 de febrero.

La esencia de esta obra se refleja perfectamente en las palabras de José Saramago tras ser uno de los primeros en leerla «que la misma razón humana capaz de ascender a lo sublime sea también instrumento de crueldad y tortura, que esto haya ocurrido en todos los tiempos y lugares, que siga ocurriendo hoy como algo tan rutinario que ya no escandaliza ni indigna,  eso es lo que ha empujado a Javier Ortiz a mirar y hacernos mirar los monstruos que se mueven bajo las apariencias de los individuos y de las masas».

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