La nueva entrega de la saga de Los Juegos del Hambre logra obtener altas cifras a pesar de la alargada sombra de sus predecesoras
Hay en España una cierta costumbre bastante arraigada en cuanto a nuestro cine se refiere: la de considerar que todo lo que vino de fuera siempre fue mejor y que nuestros directores nunca estarán a la altura de los franceses, los italianos