Qué se puede decir ya que no se haya dicho de Carrie, La noche de Halloween o El exorcista. Qué se puede decir de feminismo que no esté a la orden del día. Qué se puede escribir de crítica de cine que no se haya inventado ya. Pues mucho, muchísimo más, pues siempre el mundo del cine es tan inabarcable que siempre hay espacio para nuevas voces, perspectivas y reflexiones. Y es ahí donde entra Desirée de Fez y su Reina del grito, un libro que habla de todas estas cuestiones ya citadas pero que lo hace de una manera tan personal como sincera.
Decir de qué va Reina del grito no es una cuestión sencilla. Aunque está escrito en primera persona, no se trata de una biografía de la autora, a la que aún le quedan muchas batallas en las salas de cine (y otras tantas en casa). Tampoco de una monografía sobre cine de terror desde una perspectiva feminista, aunque nuevas lecturas y anécdotas que evidencian el inherente machismo en la profesión no faltan. No es ninguna de esas cosas y sin embargo son todas a la vez. ¿Contradictorio, verdad? Pues tanto como las reflexiones y vivencias que expone la crítica de cine a lo largo de sus 19 capítulos. Contradicciones que, sin embargo, están cargadas de humor y reflexión, autoconsciente en primer término (siempre parte desde una anécdota o episodio personal) para extenderlo a cuestiones mucho más amplias.
Quizá sea esta difícil catalogación de Reina del grito la que rompa cualquier esquema, como me sucedió a mí. Tan subjetiva es la forma que tiene de expresarse la autora como la forma en la que la percibo, acostumbrado desde hace años a verla en la tele, leerla en su columna en su columna en El Periódico o en los últimos años escucharla a través del podcast Marea Nocturna, su trabajo más reciente pero no por ello el menos valioso. Dicho esto, hay que entender que las gafas metafóricas que ha de ponerse uno al leer han de ser lo más transparentes posibles. Ni desde la completa ignorancia (no olvidemos que es un libro en el que el cine juega un papel fundamental) ni tampoco desde la idealización y predisposición a un análisis concienzudo de cada película.
¿Qué nos queda entonces? Pues una novela que no va sobre ella diseccionando las películas de su vida, sino lo contrario, utilizar las películas para desentrañar sus pasiones y miedos, sus filias y sus fobias, su vida. Es aquí donde reside la mayor virtud de Desirée de Fez como escritura, su capacidad para autoanalizarse a través del cine y a la vez hacer una lectura muy particular de las películas que le han marcado a lo largo de su vida. No en todas le sale la jugada, evidentemente, pues hay algunos temas que tiene más vívidos que otros (no es lo mismo hablar de su descubrimiento de la sexualidad a través de It Follows que hacerlo sobre su embarazo a través de La semilla del diablo o Prevenge). Pero en todos ellos hay algo que sacar, desde la anécdota que te saca una sonrisa a la confesión que te hace empatizar con ella y cuestionarte tus propios miedos e inseguridades.
“¿Qué sucede si nuestra fuerza se revela en nuestra vulnerabilidad y capacidad para admitir lo frágiles que son nuestras vidas?” es una preciosa reflexión que aunque no procede directamente de la autora (la cita corresponde a la directora Karyn Kusama, autora de La invitación) pero que sí resume bastante bien Reina del grito: que no hay nada más valiente y auténtico que ahondar en los propios miedos para entenderse mejor y disfrutar más aun las películas que tanto nos hablan de alguna manera de nuestros problemas aunque a veces no sepamos verlo.
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