NEOSOUL PARA TODOS LOS PÚBLICOS

Portada de Endlessly

Más de dos años después de darse a conocer con su disco debut Rockferry, del que vendió más de seis millones de copias, y de triunfar en todo el mundo gracias al exitazo de ‘Mercy’, Duffy ha vuelto recientemente con un nuevo trabajo. La joven cantante galesa no ha querido estancarse en esta ocasión en el clarísimo estilo pop-soul con aires retro que caracterizó su anterior álbum, y ahora explora, además, ritmos algo más bailables, como el funk o el disco, y coquetea con la electrónica en algunos de los temas que conforman Endlessly. Para dar forma a este nuevo LP, Duffy ha prescindido de los compositores y productores que participaron en su primer disco, y ha compuesto todas las nuevas canciones junto a Albert Hammond, artista gibraltareño artífice de grandes éxitos de las décadas de los 60 y los 70, y autor de algunos temas de Tina Turner o Whitney Houston, entre otros.

Su primer single, ‘Well, well, well’, sin embargo, no deja de ser más de lo mismo. Es una canción animada que, en cierta medida, podría recordar musicalmente a ‘Mercy’ aunque, desde luego, no es para nada tan buena como lo era aquella. Está claro que elegir este tema para presentar el álbum no ha sido para nada un acierto, viendo los pobres resultados que de momento está obteniendo en las listas de ventas. Más atractivas resultan ‘My boy’, que abre el disco con un sonido de fondo que simula al público de un concierto; ‘Keeping my baby’, un tema muy en la línea de Amy Winehouse; la animada ‘Girl’ (¿a alguien le recuerda al ‘Can’t take my eyes off you’ de Frankie Valli?); o ‘Lovestruck’, una de las sorprendentes del álbum, que logra sonar al mismo tiempo retro y futurista.

No obstante, por mucho que se haya empeñado en dar más importancia en este álbum a los temas bailables, el fuerte de Duffy siguen siendo las baladas, y ella lo sabe perfectamente. Cuando realmente emociona, es cuando se pone sensible y canta cosas como “Please Mr. Dj, won’t you turn the music down/ why can’t you understand/ I’m too hurt to dance tonight” en la magnífica ‘Too hurt to dance’ o cuando se muestra enamorada hasta las trancas, como en ‘Endlessly’ (“I’m looking for you everywhere that I go/ in all of the things I do/ still I’ll keep looking, ‘til I find you, ‘til I find you”). También brillan especialmente las pegadizas ‘Breath away’ o ‘Don’t forsake me’, que recuerdan a otras baladas del primer disco de la cantante, como ‘Warwick Avenue’ o ‘Distant dreamer’.

Podemos decir, en definitiva, que Duffy ha hecho bien en evolucionar en su sonido pero manteniendo sus señas de identidad. La inclusión de diversos estilos, lejos de despistar o confundir al oyente, también ha jugado a su favor, pues de esta manera la escucha del disco se hace mucho más amena y entretenida aunque, como ya he dicho, prefiero la faceta baladista y sensible de Duffy que la divertida y bailable. Aunque para gustos, los colores.

Deja una respuesta

Your email address will not be published.