MÚSICA PARA OTRO SIGLO EN LA CALLE QUE NUNCA EXISTIÓ

Imagen promocional del cantante Toni ZenetLa culpa la tienen mis padres, o eso diría Freud. El hecho es que durante años me levanté los domingos oyendo a Los Panchos, a Nat King Cole, a Eydie Gormé, a Gardel cantando en la cocina. Y, oigan, eso marca. Luego pasan los años y una escucha a Zenet, y claro, algo se le despierta. Se queda con los ojos muy abiertos, muy callada, muy alerta. Oye y oye, expectante. Y la habitación va cambiando, y se vuelve un balcón abierto en Montmartre, una calle solitaria donde apenas amanece, donde gime un bandoneón a lo lejos y bailan dos muy agarrados cantándose tan bajito «por qué no me dejas nunca para siempre».

Pero, ay, Zenet no es sólo París y sus calles canallas. También se lo imagina una saltando de farola en farola en un arrabal de  Buenos Aires, o sentado con su sempiterno sombrero en el Malecón de La Habana, o -cómo no, por supuesto- ebrio de jazz en cualquier club neoyorquino. Porque el tipo puede terminar una copla con acordes de salsa, o empezar una bossa al ritmo de un tango sin inmutarse y, por si fuera poco, dejando al público sin respiración. Lo respalda una banda potente y a la vez temperada, una banda bendita, profundamente elegante, de esas que llevan swing en lugar de sangre en las venas, de esas que vienen con un metrónomo por corazón.

Imagen promocional del cantante Toni ZenetY canta y canta Zenet, le canta a Todas las calles a la manera de su madre, que así es como él lo cuenta, con su voz personalísima que tiembla, sususurra, se estremece y duele cuando dice «por qué no me dejas darte por perdida». Que se divierte y me divierte cuando  bromea con la trompeta y entona eso de «me diste a entender que aún te ponían los feos».  La voz de Zenet danza, eso creo. Se contorsiona flexible a la medida de las letras que el poeta Javier Laguna escribe para él: líricas, irónicas, auténticas, nunca demasiado clásicas pero siempre atemporales. Y tan, tan sumamente evocadoras.

Lo tienen todo, o eso predigo, para estar nominados a otro Goya, para ganar más premios de la música, para conseguir por fin el Disco de Oro con este segundo trabajo. Y además, Toni Zenet y su banda pueden hasta decir, cosa rara, que Todas las calles es mejor que su predecesor, Los Mares de China, una producción mucho más irregular pese a poseer verdaderas joyas como la ya inmortal ‘Soñar contigo’.

Pasen y escuchen, de veras, emociónense como si estuviesen hoy en otro siglo y en una ciudad tan poética como les apetezca. Yo, mientras tanto, recordaré los domingos de mi infancia y le pondré horizontes a las calles que cuando suena Zenet me invento.

El cantante y actor malagueño Toni Zenet acaba de publicar su disco Todas las calles con el sello Volcán49.

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