MIRADA DE LA PARED

Space Invader Paris

Es el primer artista que ha percibido la forma expresiva de los graffitis como un arte. Estaba convencido que estas manifestaciones aparentemente vulgares son en realidad una derivación del mundo de los sueños. Seguramente el ambiente artístico de su época, los años 30-40 de París, ha contribuido mucho a esta sensación. Brassaï, (1899-1984), establecido en París desde 1924, es próximo y vinculado al movimiento surrealista y a la revista Minotaure donde se publicaron sus primeros acercamientos a los graffitis.

Brassai creía que su época cuestionaba la razón del ser del arte y en vez de encerrarse en su taller prefirió investigar las calles de París, viviendo y buscando sus propias experiencias artísticas. Como recién llegado a Paris el fotografo rumano tienía un vocabulario francés bastante pobre. El lenguaje de las calles parisinas, tan claro, icónico y explicito le fascina. El arte urbano puede parecer más bien un medio de expresar una protesta reprimida, pero los graffitis que Brassai fotografía iban más allá de esto. Él fue lo suficientemente visionario y de una sensibilidad irracional para valorarlos como un arte espontáneo e imaginativo. Entre las centenas de graffitis que tenía anotadas, descritas y fotografiadas destaca una cara tribal y primitiva grabada de algún artista anónimo en una pared parisina. 

La técnica fotográfica de Brassai es obvia – el juego de luces y sombras crea una expresividad atemorizante. La imagen en blanco y negro parece viva con sus ojos profundos y asombrados, y la ironía que sugiere abre un abanico muy amplio de interpretaciones. No está lejos de lo que hoy en día puede ser el significado del pixel art del Space Invaders, cuya simbología tecnológica fabricada a través de cuborubiks nos traslada a los inicios del arte virtual de los videojuegos. Los mosaicosSpace Invader Paris del artista inspirados en el videojuego invadieron Paris en los 90. Ahora están en otras 35 ciudades, entre ellas Tokio, Londres, Barcelona, hasta en Kenia y sobre el signo de Hollywood. Igual que las fotos de Brassai siguen divulgadas por el mundo a través de exposiciones y catálogos. De esta misma manera no caen en el olvido los graffitis pompeyanos, cuya gran numerosidad es impresionante, y son una fuente riquísima de los pensamientos y las preocupaciones de los habitantes del pueblo latino.

Las imágenes de los sueños que Brassai buscaba por Paris se ven mejor de noche en el momento que resalta su “belleza de tipo siniestro” según las palabras de Miller, acompañante frequente al fotógrafo durante sus paseos nocturnos. Pero los graffiti no viven solo por la noche, nos miran desde las paredes desde hace siglos y seguramente seguirán así, primitivas, espontáneas, humanas.

Obras de Brassai se pueden ver en el museo Reina Sofìa en Colección 2. 1945 – 1968; Sala 404

Dos visiones de España de los 50. Eugene Smith y Brassaï

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