El teatro suele ser un lugar en el que el público, desde la comodidad de una butaca y oculto en la oscuridad de la platea, observa sin ser observado la recreación de un mundo ficticio. Microteatro por dinero, el local situado en la madrileña calle Loreto y Chicote 9, lleva la experiencia, casi voyeur, del espectador de teatro a sus últimas consecuencias: salas diminutas, sin butacas ni escenario, en las que el público comparte espacio con los actores y experimenta más que nunca las obras –de no más de 15 minutos-.
¿Es un cuarto de hora suficiente tiempo para empatizar con los actores? Verónica Larios, gerente de Microteatro por dinero no sólo cree que sí, sino que expone las ventajas de la duración: “En las obras más largas existe la posibilidad de desconectar. Aquí, por la cercanía y la intensidad, es imposible distraerse un solo segundo”.
Un sótano desde el que se puede viajar a 5 mundos que cambian cada mes, con nuevas historias, nuevos rostros y con la seguridad de que no habrá tiempo para aburrirse. Esta nueva alternativa de ocio –salir, beber, charlar, escuchar música y disfrutar de una obra de teatro sin salir de un local- celebró el pasado mes un año de vida. Este diciembre las obras representadas giran en torno al tema “por el futuro”. Love Room 101, la recreación de un porvenir en el que incluso el amor está programado por un «Gran Hermano» desapasionado e inhumano, o Victoria, una historia llena de increíbles coincidencias en la que los actores consiguen arrancar las carcajadas de los menos de 15 espectadores desde el primer minuto, son algunas de las propuestas para este mes.
