Teatro Lagrada acoge esta obra de nueva creación, que ahonda con un tono cómico en la crisis de identidad, la depresión y la muerte
Dos hombres montados en una piragua biplaza reman a la par en una bahía de Santander. A ratos conversan y a ratos callan, concentrados en su tarea. Esta estampa sirvió de inspiración a Jorge Prieto para escribir de una sentada la primera escena de Los piragüistas, su primera obra de teatro, que estrenó en Madrid el pasado 3 de febrero en Teatro Lagrada.
La pieza relata la historia de dos aparentes amigos que, durante una competición de piragüismo, acaban perdidos y a la deriva en mitad de un silencioso mar. Frente a la soledad e incertidumbre a la que se enfrentan, Manuel (Iñaki de Eguía) divaga con ensoñación sobre el suicidio, mientras que Fernando (Jaime Cano) manifiesta con angustia que le está empequeñeciendo la cara.
Ante la desesperación del momento (y también del pasado) deciden postrarse a la deshidratación y esperar a ver qué pasa. En esta tesitura aparece un torpe gondolero (Paúl Moré) que, como Caronte en la mitología griega, realiza ansioso la tarea de llevarles al más allá. El problema es que ante la emoción de hacer bien su trabajo no se da cuenta de que los protagonistas aún no están muertos.
En esta fantástica historia, Prieto explora las vicisitudes que se presentan en nuestro contexto social actual: la desesperanza, la apatía o la desvinculación de la propia realidad; la lucha por encontrarle un sentido a nuestros propios actos y la crisis de identidad; así como el afán de superación y también el de supervivencia en un mundo que parece diseñado para fracasar constantemente.
Este cóctel de existencialismo se adereza con mucho humor, pues a pesar de la profundidad de la temática, la obra consigue alcanzar un tono ameno y socarrón a través de diálogos rápidos y aparentemente superfluos, elementos absurdos que acompañan la escenografía (como la boya humanizada) y la interpretación ágil y fluida de los actores, especialmente de Varo Mogrovyan y del propio Jorge Prieto. Ambos interpretan a dos hastiados trabajadores del «inframundo» que, ante la falta de ocupación, echan las horas jugando al ping pong y al hula hula.
Sus apariciones e interacciones tanto con el barquero, como con los propios protagonistas de la historia, aportan el alivio cómico necesario para relajar un relato repleto de simbolismo e introspección. Asimismo, Prieto adereza también su obra con un halo de surrealismo y trata de guiar el relato a través del viaje onírico de sus personajes, bebiendo de los tratamientos estéticos de referentes como Jodorowsky o David Lynch y apoyándose también en el trabajo sonoro que realiza Oliver Marcos durante la interpretación de la obra.
Modificaciones
El resultado final sorprende e impulsa al espectador a reflexionar sobre los acontecimientos. “Muchos se quedan con ganas de volver a verla otra vez para fijarse otra vez en ciertos detalles y descubrir sus significados”, explica el director, que tras haber pasado más de cuatro años desarrollando y perfeccionando esta historia, admite ahora sentirse contento y satisfecho.
“Hemos modificado muchas cosas a lo largo de las diferentes funciones que hemos realizado y aún seguimos haciéndolo porque siempre podemos mejorar”, asevera y confiesa que el proceso de elaboración y de los ensayos «fue complicado; es una obra completamente nueva y hemos tenido que adaptarnos también a trabajar juntos».
La obra ha recorrido diferentes provincias de España desde septiembre del año pasado, aunque esperaban con ansias el gran estreno en la capital. “Hemos notado una buena acogida”, explica el director como portavoz a su vez de Delinfame, la compañía teatral que decidió fundar para poder dar vida a este ambicioso proyecto y que está compuesta por los artistas que lo acompañan en el escenario. Todos actores formados en la escuela de teatro Réplika.
La obra volverá a representarse este fin de semana (del viernes 10 al domingo 12) en el Teatro Lagrada de Madrid (entradas aquí). Asimismo, la intención es continuar moviendo la pieza por diferentes salas y circuitos teatrales durante los próximos meses.
Ficha artística
- Dramaturgia, dirección y producción – Jorge Prieto
- Dirección de movimiento y espacio sonoro – Oliver Marcos
- Reparto – Iñaki de Eguía, Jaime Cano, Paúl Moré, Varo Mogrovyan y Jorge Prieto
- Escenografía – María Melero
- Vestuario – Andrea Torrecilla, Marina López y Marina Alonso
- Diseño de Iluminación – Jaime Cano
