LOS OJOS DE UNA GENERACIÓN

inmediatamente despuesPorque todo el mundo que tenia que triunfar ya lo hizo. Porque pasada cierta edad lo que animaba de sentido nuestra vida es una estupidez. Porque inmediatamente después de ser demasiado joven, ya se es demasiado vieja‘. Hay libros no tienes que buscarlos porque que ellos te encuentran a ti. Y eso fue lo que me ocurrió con Inmediatamente después de Eva Fernández.

Hace unas semanas, paseando por la tienda de libros mas conocida de la capital, (si, esa que se asemeja a unos grandes almacenes de libros) mi mirada sin quererlo se clavó sobre este libro de tapa visualmente inconsistente y de colores sobrios. «Eva Fernández…mmm…No me suena de nada».  Así que hice lo oportuno en estos casos. Corroborar que mi instinto me ha traicionado. Lo abrí por la mitad y le leí la primera frase en la que mi ojos se posaron.

lo imperdonable de no ubicarse

Quizás solo consista en leer la palabra adecuada en el momento preciso. Quizás no exista el destino pero si las casualidades. Lo único que sé es que inmediatamente después me agarró por dentro, y a día de hoy, aun no me ha soltado.

No es Rayuela de Julio Cortazar ni El amor en los tiempos del cólera de García Márquez. Se trata de un libro intimista salido de una editorial pequeña como Caballo de Troya que, como pasa con las buenas compañías, esta destinado a leerse con una luz tenue y una buena botella de vino a mano. Es una historia de amor y de convicciones. Cinco personajes; Miguel, Claudia, Diego e Irma. Una historia común, una promesa incumplida y el aviso de una muerte cercana que hace que estos cinco amigos se replanteen un mundo (su mundo) en el que cada uno de ellos adoptan un rol determinado. Miguel es el que planta cara a una enfermedad terminal, Claudia es la fémina comprometida y orgullosa que rechaza los estereotipos, Diego pasa por ser el arquetipo del burgués conformista y adocenado e Irma es el corazón, el nexo de unión desdibujado. Todos ellos viviendo la vida que les toca vivir. Esa que la sociedad establece como normal. Con la gente que juzga y los ricos que explotan. Con Antonio Vega como banda sonora. Los duros años 80, después del franquismo, en los que nadie era dueño de su historia. Y es que Eva Fernández se ha atrevido ha hablar del amor en todas sus facetas. El amor que se siente hacia una amiga. El amor a tu pareja y a tu amante. El amor permitido y el olvidado. El amor a unos ideales. El amor a la vida y los recuerdos….los olvidados. A una canción, Lucha de Gigantes, que acompaña sus palabras.

Por todo esto, la lectura de esta novela acaba por convertirse un soplo de aire fresco en forma de frases cortas que invitan a la reflexión. Lecciones de vida que tiran por tierra los tópicos que impregnan nuestra vida y nuestra cultura. Desarma la teoría de que hay que temer a la muerte y se aferra a la idea de que mas vale estar a gusto con la vida que uno lleva. Ser consecuente, por mucho que eso duela y cueste, es lo que nos enseña Eva Fernández en poco mas de 300 paginas. Son esos temas que están ahí, que siempre tenemos frente a los ojos y que, de alguna manera, no queremos ver. Esos que la autora trata sin tapujos en cada uno de sus párrafos y que hace que se convierta en una historia que merece ser leída. Que ayuda a resituarse. Y a repensar en la sentimentalidad, la política, el sentido crítico del arte o el trabajo, el control de los procesos mentales o la toma de decisiones.

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