Robot Emilio: Era algo así como el primo español de R2D2. Medía 67 centímetros, traía refrescos en su bandeja y se movía por radiocontrol. Una maravilla para esa época, vamos. Todos lo quisimos en algún momento y lo pedimos en nuestras cartas a los Reyes Magos, pero la verdad es que muy pocos fueron los afortunados que pudieron abrirlo debajo del árbol. Y es que, como decía el anuncio, Emilio no es un robot, es tu nuevo amigo y el nuevo guardián de tu habitación.

Patricia Muñoz

Adoro Madrid, nací completamente enamorada de ella. Y así, hasta el día que conocí Cracovia y descubrí que se puede entregar el corazón a más de una. El arte y la fotografía son mi perdición y junto con el papel y el bolígrafo, mis fieles compañeras. Mi especialidad, el arte urbano. Del periodismo, poco puedo contar, aquellos que lo han conocido, saben que sobran las palabras. Más que una profesión, es una vocación, una forma de vida y como un día dijo uno de los grandes de las letras, “el oficio más bello del mundo”.

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