Hace unos años, poca gente conocía a Lita Cabellut (Barcelona, 1961) en el mundo del arte, pero su dura infancia no le impidió ingresar a los 20 años en la Gerrit Rietveld Academy de Holanda. Hoy está entre las artistas más valoradas y cotizadas del mundo.
Esta catalana, de ascendencia gitana y afincada en la ciudad holandesa de La Haya, nos abre las puertas de su estudio, el cual define como »desordenado, super organizado, sucio y maravilloso’ al que se refiere como «el laberinto» de su «delirio», en donde desarrolla sus colecciones pictóricas, expuestas ya en ciudades como Nueva York, Londres o Dubai.
Su pasión por el arte nace en una visita al Museo del Prado, «la casa de las Musas, en el delirio y la razón», en donde conoció, entre otros, a Goya, quien marcó su estilo artístico de manera notable, como ella misma nos explica en esta entrevista.
P: ¿Qué artistas la han marcado en su trayectoria y cómo han influido en su obra?
R: Goya, es el maestro del compromiso y la preocupación por el ser humano. Nos ha dejado un valioso testimonio histórico de nuestra sociedad y sus desastres. Bacon, el destructor de las cárceles subconscientes y que exhibe sin tabúes y sentimentalismos. Todas esas imágenes que no queremos reconocer. Es el hiperrealista de lo que más nos preocupa, del desgarramiento y deformación de sentimientos, del dolor. Freud me ha enseñado a ver, a través de la carne y el dominio dictatorial de su pincelada, la tremenda soledad y apatía del ser humano. Egon Schiele, el virtuoso de las líneas, la flexibilidad entre lo sensual y lo trágico. La valentía de los cambios líricos. Y también Camarón de la Isla, por su profundidad de lo que es puro y verdadero.
P: Si pudiera tomarse un café con un pintor, ¿quién sería? ¿Qué le preguntaría?
R: ¿Con un pintor? Sería con Goya. Y le preguntaría: ¿Cómo se puede dar tantos matices de luz a aquello que aparentemente es todo negro?
P: ¿Por qué eligió Holanda como lugar de residencia?
R: Por la luz, la distancia, el desprenderse y las buenas academias. Un mundo por conocer.
P: ¿Cuál es su método de trabajo? ¿De dónde saca la inspiración para crear sus obras?
R: Saco la inspiración de ti, de mí, de ellos, de nosotros. Es el ser humano el que me regala sus retratos.
P: Si tuviera la posibilidad de poseer un cuadro en su estudio, de cualquier artista, ¿cuál sería y por qué?
R: Francis Bacon. Sería como un espejo a la belleza, a la intolerancia, al encarcelamiento voluntario del ser humano. Un espejo que me recuerda las posibilidades y la virtualidad de la libertad.
P: ¿Si tuviera la oportunidad de exponer junto a otro artista, de cualquier parte del mundo, con quién le gustaría hacerlo?
R: Ensor Kiefer.
P: La forma en la que trata la piel humana en su obra es muy peculiar, la textura y el color son casi su seña de identidad. ¿Quiere transmitir algo con ese tratamiento de la piel o podríamos decir que es como »la firma del autor»?
R: Las dos cosas. Es mi firma y es la piel de mis personajes, y cada piel tiene su grieta.
P: A los artistas no sólo les influyen otros pintores, ¿le gusta la música? ¿Qué le gusta escuchar? ¿Lo hace mientras pinta?
R: Mi taller y la música es la línea roja y directa a mi corazón. Todo tipo de música: de folklórico a Bach pasando por los Rolling Stones, David Bowie, Camarón, Agujetas… Todo lo que tiene que ver con la música vale la pena, dejando bailar la nota en mi estudio.
La artista catalana ha expuesto con anterioridad en su país natal, pero es extraño que con la repercusión mundial que está adquiriendo su obra, Lita Cabellut no posea un reconocimiento a nivel nacional como el que ya posee a nivel internacional. Cuando le preguntamos si le ha llegado tarde el reconocimiento en España, ella responde que »el arte no tiene tiempo» para acabar afirmando »Yo soy joven y España es eterna».
P: ¿Cree usted que en España se apoya poco el arte de hoy, hasta el punto de que nuestros artistas deben emigrar?
R: Yo creo que es un problema general. Estamos en una transición de nuevos planteamientos intelectuales y energía que ya no funciona en el mismo sitio donde ha estado los últimos años. El arte es el altavoz de la sociedad. No lo estamos apoyando socialmente. El arte está apoyando a la sociedad de una manera creativa y física: a la gente joven, donde la ética del arte forma parte visiblemente, y a la ciudades, en todas las disciplinas de la juventud. Solo tenemos que fijarnos en la moda, la música… están presentes en cada esquina de la ciudad.
P: ¿Cómo cree que podría el arte recibir más apoyo en España?
R: Siendo conscientes. Convenciendo a los políticos, a los implicados en la cultura. Presentando el arte como medio necesario para el funcionamiento de la sociedad. El arte se ha considerado como un producto de lujo. Se ha desintegrado de su verdadera función. Arte es filosofía, es conciencia, es ética, es lo que nos convierte en humanos.
P: ¿Qué diferencias artísticas ve entre su Barcelona natal y La Haya, donde vive ahora?
R: Barcelona es una explosión de arte urbano. Tiene una necesidad tremenda de esa manifestación contra el silencio y la ignorancia del arte. La Haya es una ciudad más tímida y quizás con más años de experiencia sobre la integración y el apoyo del arte en la sociedad.
Lita Cabellut posee distintas colecciones pictóricas que tratan temas diversos, desde la figura de Frida Khalo, hasta la preocupación por la ignorancia o el poder.
P: Frida, la Perla Negra rinde homenaje a Frida Khalo. ¿Por qué la eligió a ella?
R: Pasión y determinación. Superación y liberación.
P: Coco Channel, otra mujer. ¿Le marcan las figuras de las mujeres luchadoras? ¿De alguna manera se ve refejada en ellas?
R: Sí, Coco ha conocido la parte húmeda y oscura de la sociedad. Ha sabido transformar todo eso en el símbolo de la elegancia, el lujo y la belleza.
P: En A Portrait of Human Knowledge, usted escoge distintos iconos culturales para plasmarlos en su obra. Recuerda un poco a la iconografía de Warhol, aunque con estilos totalmente distintos. ¿Cómo eligió a los personajes? ¿Hay alguno en concreto que le hiciese especial ilusión pintar?
R: Los elegí por el testimonio que dejaron a nuestra sociedad, de una presencia comprometida, apasionada, luchadora, sacrificada y poética ejemplares. Charlie Chaplin fue un maestro en mostrarnos con una sonrisa la dureza y la crueldad que hay a veces en la sociedad.
P: The Trilogy of the Doubt es una serie que se centra en el poder, la injusticia y la ignorancia. ¿Cuál es el poder que tiene el arte? ¿Qué injusticias hay en el mundo del arte? ¿Cree que la gente debería conocerlo y qué les podría enseñar esto?
R: El poder del arte es absoluto. No tiene nombre y está en todo aquello que tiene un mínimo de razón. No creo que exista ninguna injusticia, el arte es aceptación absoluta. No existe feo ni bonito, ni malo ni bueno. Justo o injusto es un detalle. Les enseñaría la tolerancia, la amistad con la duda. El sentirse confortable con lo diferente.
P: Dried Tear son unas obras con fuerte carácter asiático. ¿Qué le llama la atención de estas culturas?
R: La lágrima en silencio. La fuerte comunidad de igualdad que tiene esta sociedad.
P: The Black Tulip gira en torno al mundo holandés. ¿Es, de alguna manera, un tributo a este país, en donde ha podido desarrollar su obra de forma profesional?
R: Sí, es una observación, un estudio profundo a este país aparentemente tan pequeño, con un proceso y una evolución cultural religiosa tan diversa.
P: Blind Mirror, su última colección, se centra en la cultura y la religión. ¿Cómo cree que influye la religión en la obra de un artista?
R: La religión siempre ha dependido de los artistas para darle cuerpo físico a los dioses, a lo divino y a lo más temido. Los músicos le ha dado voz a los ángeles; los arquitectos, casa a los santos; los pintores y escultores, cara y cuerpo a lo divino. Yo casi diría que primero es el arte, y que la religión es como una de sus hijas.
