LIP SERVICE, LA NUEVA SERIE BRITÁNICA DE TEMÁTICA GAY

Ruta Gedmintas y Laura Fraser en Lip Service

 

Hace ya tres meses que la BBC estrenó la nueva serie de temática lésbica Lip Service. Considerada por el público el relevo de la norteamericana The L Word, Lip Service ya tenía por entonces firmados los seis capítulos que forman la primera temporada, a cargo de la creadora Harriet Braun. La serie, localizada en la ciudad escocesa de Glasgow, nos muestra las vidas de seis protagonistas, aunque en verdad las historias giran en torno a tres personajes principales interpretados por Ruta Gedmintas (The Tudors), Laura Fraser (Destino de Caballero) y Fiona Button (The Palace).

Y bueno, ¿qué pasa con Lip Service? Pues cómo no, enganchar, sí engancha. El problema viene si a uno le apetece pensar. Es complicado hacer una serie, un libro, o una película -en definitiva, contar una historia de temática gay- que pretenda retratar la realidad y consiga de verdad parecer real. ¿Cómo simular una comunidad gay sin caer en estereotipos, en formulismos? Es complicado lidiar con un tema plagado ya de por sí de clichés sin caer en peligrosas y molestas etiquetas, sin quedarse en la apariencia.

En Lip Service está Ruta Gedmintas en el papel de la irresistible Frankie, una fotógrafa rollo grunge, rebelde y seductora, que se llevará a su cama a todo lo que se mueva mientras nos llora en cada capítulo porque está todavía empeñada en sufrir por Cat, su primer amor. Frankie interpreta al pivón que con sólo verla, uno sabe que da problemas. Todos la odian y todos la aman. Laura Fraser es su exnovia, Cat, una profesional del orden, el trabajo, y la mala suerte: intenta rehacer su vida sin que la dejen. Fiona Button hará de Tess, una caótica y fracasada que convierte sus penas en constante sarcasmo a modo de supervivencia. Un personaje divertido pero que peca de absurdo. Tiene un mejor amigo que está ciegamente enamorado de ella y que, con resignación, le aconseja sobre sus citas.

Imagen promocional de la serie Lip Service

Así es Lip Service. Al fin y al cabo, la serie o tiene un tinte de culebrón o no la ve ni dios, y eso hace que se aleje de la vida normal. Son todas chicas delgadas y están buenísimas. ¿Dónde quedan las mujeres reales? ¿Las bolleras que una se cruza por la calle? Eso es algo que decepciona de la serie, aunque decepcionaba aún más en The L Word (esas mujeres de una belleza suprema, con trabajos maravillosos, viviendo en casas amplias con piscinas…). Por favor, ¿eso existe en el mismomundo que yo habito?

En fin. Está también la otra parte: no deja de ser valiente sacar adelante un proyecto así y conseguir que una cadena de peso como la BBC lo transmita. Sigue suponiendo un paso más en el camino que en la programación vayan teniendo cabida series de temática homosexual, algo impensable hasta hace un tiempo (de hecho, el Instituto Cristiano, grupo evangelista británico, enseguida se ocupó de criticar Lip Service argumentando quejas de público por las escenas de sexo).

Bajemos -un poco- nuestro nivel de exigencia, que a veces viene bien. Lip Service es ciertamente entretenida y los actores hacen bien su trabajo. Quien ya sea un fan sin vuelta atrás, que sepa que el rodaje de la segunda temporada ha sido confirmado.

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