La avería. Una comedia, un thriller, un drama. Un baile constante entre mundo real y pesadilla. Un cuento trágico y una historia gótica rebosante de profundidad. Llamémoslo esperpento. Es este el último proyecto de Blanca Portillo, actriz que ya se lanzó a la dirección con Hay amores que hablan. La madrileña cumple su sueño dirigiendo la adaptación de Fernando Sansegundo del relato La avería, del escritor suizo Fridrich Dürrenmatt. Un relato mordaz y perverso que reflexiona sobre cuestiones tan serias como la ley y la justicia sin soltar en ningún momento el tono farsesco que ameniza una obra sin duda muy amarga.
Cuatro actores, Emma Suárez, Fernando Soto, Daniel Grao, Asier Etxeandía y José Luis Torrijo, quedan convertidos en un grupo de ancianos que inspiran crueldad gracias a una perfecta caracterización. El quinto actor, José Luis García-Pérez, se libra de ello. El punto de partida de la obra es la avería que sufre el personaje que interpreta este último, que busca ayuda en la casa de los ancianos. Comienza así la velada durante la cual transcurre toda la obra. Una velada que gira entorno a los festines y manjares que la única mujer de la casa prepara, una especie de bruja que en ocasiones parece salirse del horroroso jurgo de sus acompañantes para sencillamente contemplarlo. Emma Suárez interpreta a esta desquiciada con maestría, como si fuera ella misma la que en la realidad lleva siendo toda su vida una maga entre hombres locos de atar.
Los tres ancianos proponen al joven ejecutivo recién llegado un plan vendido con ilusión e inocencia. Un juego, dicen. Beber vino, y jugar a dictaminar una sentencia entre los presentes. Al invitado le queda la posición de acusado, cómo no, mientras que todo ellos asumen los cargos que ejercieron antes de su jubilación: fiscal, abogado defensor, juez y… verdugo. Es un juego. Pero un juego que, como maldito, cargado de vino y de malas intenciones, sacará a flote toda su energía y su mente retorcida hasta cambiar de forma irreversible la vida del joven invitado.
La avería supone una compleja reflexión sobre la culpa, la ambición, la conciencia, la ley. Una alegoría en mayúsculas sobre la responsabilidad de cada uno de nuestros actos. Una representación que hubiese resultado fallida si no fuese por un reparto excepcional, una dirección comprometida y una producción imprescindible.
La obra estará en las Naves del Español del Matadero de Madrid desde el 17 de marzo hasta el 24 de abril.