No falta ni el Cristo de la Legión, con cabra incluida. La Semana Santa, como aquellos Belenes de miniatura -esos micromundos que tanto gustan a los niños- que la gente monta en sus casas o en algún rincón de la iglesia parroquial, llega ahora contado, no según San Juan, ni San Mateo, sino desde la visión de ‘San Playmobil’.
Los populares muñecos de ‘Playmobil’ que asociamos a granjas, castillos, barcos y junglas, ahora se vuelven protagonistas de una de las historia más antiguas de nuestra civilización, y cuya exposición se encuentra en la catedral de Santo Domingo de la Calzada, en La Rioja. La muestra podrá visitarse hasta el 31 de mayo, dentro de los precios que la catedral tiene estipulados para las visitas.
En este templo ya habían decorado la Navidad con un Belén a lo ‘playmobil’, y ahora llegan con refuerzos (unas 600 figuras en total) para elaborar imágenes propias de la Semana Santa y la propia intrahistoria de la fiesta: ambulancias, servicios de seguridad, cofradías, familias viendo las procesiones. Pero, sobre todo, son las escenas de la Pasión, muerte y resurrección de Jesús lo que más ‘choca’ a la gente.
Nazarenos, pasos, público, cofrades, sacerdotes, músicos, policías, sanitarios, penitentes. Todo detalle, todo pormenor. Aunque esta vez no hay un gran escultor detrás, ni un admirable acabado, sino un gran esfuerzo «por vestir a la exposición de carácter religioso», en palabras de la asociación sin ánimo de lucro ‘Aesclick‘, colectivo que ha tenido que hacer los hábitos, pasos, capuchas… «Lo más difícil no ha sido montarla, sino ‘customizar’ los muñecos, transformarlos; porque ‘Playmobil’ no tiene nada relacionado con la Semana Santa», explican.
El Encuentro de León
También los Playmobil son protagonistas en la Semana Santa de León. Todo comenzó en una noche de barra, donde, como casi siempre en todas los encuentros nocturnos entre amigos sobre una colcha de cuero, surgió la idea de la apuesta. Se dijeron: «¿Somos capaces de crear un paso con playmobil?». Siete años después, ya son cuatro pasos. En el de este año, no les ha faltado a los leoneses ni la más socarrona actualidad: en el palco de autoridades, desde donde se contempla el «Encuentro» de Viernes Santo, se haya el pequeño Nicolás echándose un selfie junto al alcalde de la ciudad.
De entre todas esas 1.500 figuras, la mayoría representa piezas religiosas como San Juanín, La Virgen, el Nazareno o el Ecce Hommo. Pero también, cómo no, las manolas con sus velones, las bandas de música, los servicios de seguridad. Aquí reina el verdadero silencio, la auténtica solemnidad. Todos son mudos pero hablan; están quietos, y sin embargo los vemos moverse. Igual que si fuéramos niños rodeados de muñecos hieráticos a los que les damos vida con la imaginación.
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