La escritora venezolana y periodista cultural Karina Sainz Borgo (Caracas, 1982) ha sido la elegida para inaugurar el nuevo curso en el Máster en Periodismo Cultural de la Universidad CEU San Pablo el pasado lunes dos de octubre. Con una larga trayectoria desde que llegó a Madrid en 2006, y en la que ha trabajado en diferentes medios como Vozpópuli, Zenda, Onda Cero y, actualmente, ABC, ha querido brindar algunos consejos sobre la vida profesional que les espera a los alumnos asistentes en aquella aula.
En un mundo en el que la información y las noticias se propagan a una velocidad vertiginosa, se vuelve fundamental “no creer a nadie”, remarca Sainz Borgo. Advierte también de que siempre se debe dudar de la veracidad de las noticias que llegan a la redacción y, por tanto, que se debe investigar acerca de si son reales o no. Además, defiende que el periodismo cultural tiene como seña de identidad la incomodidad: «El periodismo cultural debe ser incómodo y los periodistas deben molestar y no limitarse únicamente a reseñar», resalta.
A pesar de contar con una larga carrera en el mundo periodístico, la venezolana defiende que no sabe realmente lo que es un buen periodista, sino tan solo lo que es un mal periodista. Por ello, advierte a los alumnos del máster que sean humildes en su trabajo y en todo lo que hagan, y que siempre trabajen con pasión.
El periodismo cultural en la actualidad
En el transcurso de su lección inaugural, alcanzó un tema que realmente afectaba a todos los presentes en aquella sala: la desaparición de la prensa escrita. Mencionó la novela El vendedor de tabaco, de Robert Seethaler, para evidenciar la importancia intelectual que consiguió tener la prensa en el pasado: un simple estanco donde se vendía el periódico se podía llegar a convertir en un auténtico universo cultural. Sin embargo, en la actualidad el mundo del papel está en declive, aunque resalta que la esencia de ese mundo sí que sigue vigente y es tarea de los profesionales del periodismo encontrar esa esencia en sus creaciones, ya sea en prensa escrita o en cualquier otro formato.
«Lo cultural casi siempre es visto como un accesorio»
Por otro lado, remarcó que la situación del periodismo cultural es asimismo crítica. “Lo cultural casi siempre es visto como un accesorio”, declara resignada. A esto añade que el poder es cobarde con la cultura, por lo que pocas veces una noticia cultural ocupa la portada de un medio ni se le otorga la importancia que realmente tiene al periodismo cultural.
Respecto a esa importancia por parte del poder, en este caso, del poder político, critica a la izquierda por adueñarse de la cultura. Explica que, a lo largo de los años, muchos de los mejores periodistas que ha tenido España pertenecían a la ideología más conservadora; de esta manera quería evidenciar que lo cultural no solo ha estado ligado a la izquierda. Sin embargo, expresa también su inconformidad con que actualmente la derecha se muestre mucho más alejada de esta vertiente cultural y que no trabaje tanto por promoverla.
Carrera como escritora
Karina Sainz Borgo cuenta con tres novelas en el mercado: La hija de la española, El Tercer País y La isla del Doctor Schubert, (todas ellas de la editorial Lumen), con las que ha conseguido consagrarse como ganadora de varios premios, entre los que destacan el Grand prix de l’héroïne Madame Figaro du roman étranger o el Premio O. Henry. Explica que sus años como periodista le han enseñado a ser escritora, gracias a la experiencia que ha adquirido para sintetizar historias. De este modo, ha aprendido a limar al máximo las ideas para sus novelas y escribir solo lo realmente necesario para el argumento central.
Sobre sus obras literarias también destaca la gran dimensión autobiográfica que tienen. A su parecer, se vuelve realmente complicado poder dejar atrás las propias vivencias del autor para evitar que influyan en la trama de la novela. Sin embargo, considera que no está a la altura de otras destacables novelistas del panorama nacional, por lo que no se puede comparar con ninguna de ellas.
Sainz Borgo acabó su charla inaugural destacando la mayor libertad que existe en la actualidad para no supeditar el periodismo a las élites que controlan un medio. Explica que en el pasado las noticias y artículos que se publicaban debían seguir la línea editorial que el jefe de sección o el director marcaba. Sin embargo, resalta que esto ha cambiado y ahora se permite una mayor autonomía a la hora de expresar una opinión o escribir una crítica. Afortunadamente, el periodismo poco a poco va adquiriendo la independencia ideológica que necesita para poder alcanzar ese «periodismo incómodo» que tanto resalta Karina Sainz Borgo.
