Cada clase de Ignacio Armada es un espectáculo, cada palabra una lección nueva. Iconoclasta, especialista en historia del cine, sin pelos en la lengua y «cinéfago» hasta la médula aunque su conocimiento no se acaba ahí. Su estilo, poco convencional e irreverente, capta la atención de todo el mundo. Asistir a sus clases es una liberación mental de todo lo que puedas saber sobre el cine. Si crees que conoces algo del séptimo arte, espérate a tener una charla con Ignacio. En una sesión puede hacer caer la idolatría de las figuras más encumbradas del cine o desmitificar lugares tan míticos como el Café París.
¿Quieres conocer un poco más de Ignacio Armada? El profesor se coloca en el centro del encuadre contestando a estas preguntas.
Mi viaje ideal
Uno en el que no tenga yo que conducir ni llevar maletas. Por ejemplo, podría ser a las Cinque Terre del golfo de la Spezia.
El libro que todo el mundo debería leer
El de Educación Vial. El Evangelio de Mateo. Y cualquiera de Jardiel o de Guareschi, para que la vida se haga un poco más risueña.
El revolucionario cinematográfico
Griffith. Fritz Lang. Buster Keaton. Truffaut. Bergman. Paul Schrader. Casi ninguno de ellos es un revolucionario, pero tienen estilo propio.
Obra pictórica que me descoloca
“Júpiter e Ío”, de Correggio. Los cuadros de Gustave Moreau, de John Martin o de Arnold Böcklin. Y cualquiera de Murillo donde haya niños en primer término.
Canción para subirme la moral
“Shake Some Action”, de los Flamin’ Groovies. O “Pale Blue Eyes”, de Velvet Underground. O cualquier tema de Bix Beiderbecke.
Una obra de teatro que me emocionó
“Calígula”, de Albert Camus. “La muerte de un viajante”, de Arthur Miller.
Comida que nunca me canso de comer
Tortilla de patatas. Carrillera de ternera. Tortilla de patatas. Croquetas. Tortilla de patatas. Crema de espinacas. Tortilla de patatas. Gazpacho. Tortilla de patatas. Ensalada de ventresca. Tortilla de patatas. Patatas a la riojana. Tortilla de patatas… no me canso.
Dónde me siento más a gusto
En mi cuerpo, y en mi casa. En mi camita, claro.
La compañía perfecta para una cena
La sal. Y si están de buen humor, los hijos.
Mis versos preferidos
El poema de Leopoldo Panero “Tú, que andas sobre la nieve”. Y ese verso de Garcilaso que dice “Mi vida no sé en qué se ha sostenido”.
TÚ, QUE ANDAS SOBRE LA NIEVE
Ahora que la noche es tan pura,
y que no hay nadie más que tú, dime quién eres.
Dime quién eres y por qué me visitas,
por qué bajas a mi que estoy tan necesitado
y por qué te separas sin decirme tu nombre.
Dime quién eres tú que andas sobre la nieve;
Tú que, al tocar las estrellas, las haces palidecer
de hermosura;
Tú que mueves el mundo tan suavemente,
que parece que se me va a derramar el corazón.
Dime quién eres; ilumina quién eres;
dime quién soy yo también, y por qué la tristeza
de ser hombre;
dímelo ahora que alzo hacia ti mi corazón,
Tú que andas sobre la nieve.
Dímelo ahora que tiembla todo mi ser en libertad,
ahora que brota mi vida y te llamo como nunca.
Sostenme entre tus manos; sostenme en mi tristeza,
Tú que andas sobre la nieve.
SONETO II
En fin, a vuestras manos he venido,
do sé que he de morir tan apretado,
que aun aliviar con quejas mi cuidado,
como remedio, me es ya defendido;
mi vida no sé en qué se ha sostenido,
si no es en haber sido yo guardado
para que sólo en mí fuese probado
cuanto corta una espada en un rendido.
Mis lágrimas han sido derramadas
donde la sequedad y la aspereza
dieron mal fruto dellas y mi suerte:
¡basten las que por vos tengo lloradas;
no os venguéis más de mí con mi flaqueza;
allá os vengad, señora, con mi muerte!
Escritor/a que admiro
Novalis. Nietzsche. Julio Cortázar. Marcel Schwob. Cernuda. Machen. Aldecoa. Chandler. Mishima. Sábato. Ray Bradbury. Boris Vian. José Mallorquí. Vila-Matas. Wilde. L`Isle-Adam. E.T.A. Hoffmann. Italo Calvino. Thomas Mann. Kurt Vonnegut. Thackeray. Bulgákov. Tortilla de patatas.
Foto preferida de mi galería
¿Tengo que ponerla? ¿La dibujo? Eso de la galería, ¿es algo de la tecnología de redes sociales? Hay una foto de mis padres de jóvenes bailando agarrados que me gusta mucho mirar. Y otra de mis hijos, de pequeños, dormidos y desparramados en una cama como un rebaño de gatos.
Película en la que me gustaría vivir
“Sleep”, de Andy Warhol. Es un plano fijo de John Giorno durmiendo durante seis horas. Porque supongo que no nos vale el cine pornográfico italiano de los setenta, ¿no?
