Hablando de cine, no es oro todo lo que reluce

Poster original de la película

En los últimos días hemos podido asistir al 50 aniversario de dos grandes clásicos del cine internacional. Desayuno con diamantes cumplía su medio siglo el día 13 de Octubre, mientras que los estudios MGM celebraban los diez lustros de West Side Story el pasado día 18. Pero no sólo las películas dirigidas por Blake Edwards y Robert Wise se estrenaron en 1961. Elia Kazan exprimió lo mejor de sus actores en Esplendor en la hierba; y en España, la crítica aplaudió a Luis Berlanga y su Plácido; comedia que fue nominada al Óscar a la mejor película de habla no inglesa. Los niños de 1961 se divirtieron con travesuras como Tú a Boston y yo a California, o la última creación de Disney, 101 Dálmatas.

 No hace falta extenderse en estos títulos para que la mayoría acordemos en su importancia. No en vano, nos referimos a la llamada Edad de Oro del cine. Pero, ¿podríamos concluir lo mismo si hablásemos de películas estrenadas posteriormente?  No es casualidad que en 2011 no se hayan comentado las películas que este año cumplen sus bodas de plata. Son, entre otras, Top Gun (dirigida por Tony Scott),  


Nueve Semanas y Media
(Adrian Lyne) o la versión animada de Los Tres Mosqueteros (Geoff Collins).

Desde aquel 1986 las cosas han mejorado, cinematográficamente hablando. Si buscamos tan sólo 10 años atrás, nos encontramos con Amèlie (Jean-Pierre Jeunet); Gosford Park (Robert Altman); o Los Otros (Alejandro Amenábar). Los amantes de la Rom-Com encontraron adorable a Bridget Jones y su diario (Sharon Maguire); mientras que Pixar presentaba Monstruos S.A.

Los nostálgicos dirán que ya no se hacen cintas como las de antes. Y tendrán razón. Pero no seamos pesimistas… todavía. Si la Edad de Oro ya pasó, ¿habrá perdido todo su brillo de aquí a otros 50 años? 

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