Un rajeo de guitarra acompañado de un silencio, roto por un golpe seco que retumba contra el suelo y parece querer despertarnos de un sueño del que los colores y la luz de las escenas (con pinceladas de Zuloaga o Julio Romero de Torres) nos han hecho participar. Sueños en los que nos creemos inmersos cuando sentimos, sin tocar, el aura mística que arrojan con fuerza unos brazos perfectamente contorneados.
Sara Baras, rotunda y genial nos enseña que el flamenco no se entiende, basta con sentirlo, con evadirnos de las opiniones preconcebidas. Perder el miedo a un arte asociado siempre a la España cañí, rancia y gris que el color de su vestido desmiente para enseñarnos un mundo enigmático y sin reglas cuyas únicas normas son las sensaciones. Porque el flamenco es tal y como lo describe Carlos Saura en un sentido documental con el que ha rematado su antología sobre un género apasionado y apasionante. Las curtidas voces de José Mercé o las expertas manos de Paco de Lucía se entremezclan con la comercial Niña Pastori y la cercanía y juventud experimentada de la que mejor sabe moverse a ritmo de bulerías, fandangos, soleares o alegrías.
Purismo junto a mestizaje, viejas glorias con jóvenes, aunque consolidadas, voces. En fin, pasado y futuro que zapatean y cantan al compás en un escenario diseñado para vivir, sentir, soñar… y dejarse llevar por la magia que entraña el desgarro de una voz y el palmear de las manos que la acompañan.
Año: 2010 Duración: 96 minutos País: España Género: Documental Director: Carlos Saura Intérpretes: José Mercé, Carlos García, M. Ángeles Fernández, Josemi Carmona, María Bala, Luis Fernández “El Zambo”, Jesús Méndez, Diego “El Morao”, Montse Cortés, Estrella Morente, Miguel Poveda, Sara Baras, Tomatito, Niña Pastori, Paco de Lucía, “La Tana” y Farruquito.