Libros viejos, ocasiones nuevas

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Recoletos huele a rancio. Pero es una fragancia que gusta, que inspira, que mancha. Recoletos huele a añejo; no digo siempre, sino estos días, desde que el jueves 30 de abril arrancó la 39º Feria del Libro Antiguo y de Ocasión. Organizada por la Asociación de Libreros de Lance de Madrid, las casetas repletas de estantes estarán abiertas al público hasta el próximo 17 de mayo.

Fieles al número de esta edición, treinta y nueve suman en total las librerías de viejo participantes y asentadas en el Paseo de Recoletos de Madrid, que estarán abiertas de 11:00 a 21:00 horas ofreciendo a los visitantes un catálogo especializado con célebres y antiguas revistas como Revista de Occidente; postales, cómics, y un sinfín de libros descatalogados, como por ejemplo Diario de un niño tonto, del humorista Tono, perteneciente a la llamada «la otra generación del 27».

Cita indispensable desde 1977, esta feria -preludio de la Feria del Libro, que este año se celebra del 29 de mayo al 14 de junio- es una gran ocasión para los amantes coleccionistas de libros, «esas armas de destrucción masiva», según el pregonero de esta edición, el Gran Wyoming. Pero también es una ocasión ideal para los que tienen en mente algún título y el bolsillo en crisis. Porque una de las características de este evento es el buen precio y las ofertas. Aunque lo que no se monetiza es la ilusión de algunas generaciones de poder volver a ver viejas ediciones que no veían desde los ojos de la infancia.

Antonio F. Jiménez

Periodista. 1992. Bullas (Murcia). Vivo en Madrid y curso el máster en periodismo cultural de la Universidad San Pablo CEU. Siento nostalgia por los hombres del tiempo, como José Antonio Maldonado o Paco Montesdeoca, y por la antigua sintonía de Informe Semanal. Me gusta el olor de los caldos y el rancio de los libros viejos.

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