EL TIEMPO AMARILLO

Del mecanógrafo al tatuador, del barquillero al vendedor top manta. Los mejores fotógrafos del país nos invitan a hacer memoria a través de un valioso retrato que parte de la España lejana de principios del siglo XX hasta la más presente.

¿Quién no tiene al lado del teléfono, o en la cocina, o en el cajón, la última publicación de Páginas Amarillas? Esa guía telefónica de empresas que tanto pesa, pero que tan útil nos es. Pues bien, para celebrar sus más de cuarenta años surge la exposición El tiempo amarillo, un paseo fotográfico desde la España de principios de siglo hasta la más moderna de hoy en día con la obra de nombres clásicos como Alfonso, Pepe Aguayo, Vidal, Marín, Luis Escobar, Santos Yubero, Laporta y Foto Lux hasta los fotógrafos más actuales como Ouka Leele, García-Alix, Xurxo Lobato, Matías Costa, Chema Conesa, Ana Muller, Castro Prieto, Díaz Burgos o Rafael Trobat.

Y es que la popular guía laboral ha constituido desde 1970 un catálogo ejemplar de la sociedad y el profundo cambio que esta ha experimentado mediante los miles de anuncios que ha publicado. Los oficios del sastre, la modista, el impresor, el relojero, el empresario, el médico, el taxista, el mecánico. Todos ellos y muchos otros trabajadores de oficios ya desaparecidos tenían su pequeño hueco en las páginas.

La idea de la exposición da en el clavo: ¿qué disciplina retrata con mayor fidelidad que la fotografía la realidad? Las ciudades y sus personajes, los objetos, las ropas, el paso del tiempo… La fotografía nace con la obsesión de retratar con exactitud lo que el ojo observa, y la figura del fotógrafo lo hace con la humildad de quien sencillamente quiere hacer bien su labor. Alejados de las pretensiones de los pintores, los fotógrafos captaban fugaces instantes, representados después con nitidez en imágenes que hoy son el mejor legado de un mundo que no hemos conocido. Como asegura su comisario, Publio López Mondéjar, “gracias a ellos podemos hoy asomarnos a la cambiante realidad de los sucesivos pretéritos; conocer a las personas que vivieron en el tiempo de nuestros abuelos”. El tiempo amarillo hace verdadero hincapié en la memoria, desde la España agraria y convulsa de principios de siglo hasta la era tecnológica más avanzada.

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