La otra cara del paraíso

Cartel de la pelicula

Imagina una isla paradisíaca, de aguas cristalinas de un intenso color azul y palmeras que parecen llegar hasta el sol. Imagina conducir un Levy descapotable de color rojo con el viento refrescando tus mejillas. Imagina viajar en barco y tener sexo en alta mar. Y ahora imagina niños que pasan hambre; o que empujan coches por una moneda. Peleas de gallos y protestas sociales. Hoteles de lujo y gringos que intentan aprovecharse de los países sudamericanos. De ambas realidades habla Los diarios del ron, dirigida por Bruce Robinson, y basada en la novela del estadounidense Hunter S. Thompson; el conocido como el inventor del “periodismo a lo gonzo”.

 

La película ha sido promovida por el propio protagonista, Johny Deep, quien conoció a Thompson durante el rodaje de Miedo y asco en las Vegas, en 1998, y con quien mantuvo una fuerte amistad hasta la muerte del periodista en 2005. 

Por su ambientación la cinta recuerda a Amores perros, a Y tu mamá también y a Babel; pero también a American Pie: Los diarios del ron son todas las locuras de tu viaje de fin de curso, puestas juntas y elevadas al cubo.

El protagonista es Paul Kemp, un escritor que trata de encontrar su voz; se traslada a Puerto Rico donde empieza a  trabajar para un pequeño periódico. Su cometido es claro, pero no fácil: ha de ser la sangre fresca que inyecte vida a la redacción. Un momento de la película

Éste es el personaje que interpreta Deep, con sus muecas demasiado expresivas, pero que hacen que su seriedad resulte más alertante. Le acompañan Michael Rispoli, irreconocible bajo la máscara del “personaje”, y Giovanni Ribisi, que borda los papeles de psicótico desde que fuera el hermano de Phoebe en Friends. Frente a ellos, Sanderson (interpretado por Aaron Eckhart) representa a esa “gente que sabe el precio de todo y el valor de nada”; junto a su novia Chenault, una rubia provocativa de papel previsible (sobre todo cuando se une a un portorriqueño semidesnudo en una pista de baile)

Una película que nos acerca al verano, sin dejar por ello de transmitir unos valores: la amistad, la justicia, y, por encima de todo, la verdad. Y el ron.

 

 

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