Visitamos la exposición Mitemas, de Luis Vasallo en la Galería Espacio Valverde de Madrid.
El Espacio Valverde está estructurado en dos pequeñas salas en las que se divide la exposición de Luis Vassallo, como si de dos conceptos distintos se tratara por el diferente estilo que caracteriza la transformación de su obra. En la primera se pueden ver tanto las obras que componen la exposición de Vasallo como los primeros bocetos que las inspiraron y que forman también parte de la evolución íntegra de la obra.
Bajo el título Mitemas, el artista remite en sus cuadros a personajes, historias y deidades de la mitología griega. El director de la galería, Jacobo Fitz-James Stuart, explica que el artista intenta recordar la importancia que tenía la pintura en aquella época para reducir la distancia entre los dioses y los humanos, ya que daba una forma física y concreta a una realidad divina y abstracta. Es por ello que, aunque en los primeros bocetos podemos ver, por ejemplo, a Ticio y Sísifo, en el cuadro final se observa cómo las Furias de Tiziano se acaban convirtiendo en pinturas negras que forman un corazón geométrico. Otro ejemplo es Orion de Poussin, que se transforma en un campesino con bastón, más tarde en un aglutinamiento de bloques, y, finalmente, pasa de manchas a jeroglíficos. Este viaje artístico muestra la evolución de las deidades desde la dotación de una corporeidad humana hasta la abstracción.
Esto es debido a que, tal como concibe Vassallo, además de dotar a los dioses de una forma física y aproximarlos al mundo terrenal, la pintura al mismo tiempo acaba siendo responsable también de arrebatar esta divinidad a los dioses al hacerlos visibles. Por ello, la segunda sala de la galería presenta un estilo diferente y se observa una disposición abstracta de formas, colores y figuras. Conectando con el constructivismo y la pintura postconcepual, las obras mezclan materiales diversos y formula relaciones orgánicas. La fragua de Vulcano que se puede observar en la primera sala acaba transformándose y reduciéndose a su armazón más básico, y termina en segunda sala como una sola luminiscencia de color amarillo, quedando una muy reducida Epifanía de Apolo.
Esta última obra mencionada constituye el punto de partida del recorrido conceptual de Mitemas, ya que plantea el inicio de la metamorfosis y reformulación que busca el artista a través de sus bocetos y obras. A lo largo de la exposición, presenciamos cómo los temas y figuras mitológicas van dando paso a imágenes abstractas de colores y formas que dan la sensación de ser los verdaderos bocetos, los lienzos sobre los que crear. La obra de Luis Vassallo es al mismo tiempo afirmación y negación del universo, un conjunto de posibilidades que, en palabras del artista, es “Mitos, cuerpo y abstracción, una nueva figuración, acciones históricas, tiempo y forma, lo divino y lo humano, el drama, el humor, una mirada americana, figuras en el espacio, cuadros en una sala”.
Así es como, cuanto más concreta es la representación de una idea, más anhela el autor los conceptos que la construyen. Estos cuadros reducidos a colores primarios quieren mostrar y clarificar el recorrido que hay entre lo concreto y lo abstracto, y viceversa; creando un tránsito eterno entre las nociones y sus ideales. Y qué mejor forma de representar este viaje que a través de la pintura y la personificación de las deidades.