Llueve en Madrid y la maleta me pesa muchísimo. Por fin entro en el tren. Primera hora de la mañana, gente durmiendo o leyendo periódicos que vaticinan cosas horribles para la Europa de Merkozy. Busco mi asiento, me acomodo y por fin puedo seguir con la lectura de Yo, mi, me… contigo de David Safier. A los cinco minutos he despertado a medio vagón, Rosa y Shakespeare hacen que no pueda evitar reírme en voz alta. Y es que David Safier sabe conjugar mejor que nadie humor y originalidad. Ante todo es un libro entretenido que nos permite pasar un buen rato sin salir de casa. A partir de ahí depende de cada uno cómo quiera interpretarlo.
Almas gemelas, reencarnaciones, magos, budistas, monjes, siglo XVI y sus cosas y el siglo XXI y sus cosas. Todo ello mezclado da un resultado bastante disparatado y gracioso.
Por ello merece mención Yo, mi, me contigo porque nos recuerda lo efímero y bello que es todo y a la vez nos hace creer en cuentos de hadas, cenicientas y días en los que en el Londres del siglo XVI Shakespeare vio en el baño a la muy temida reina de Inglaterra.
Más allá de eso no es un libro que nos acerque al teatro del artista ni nada parecido. Todo gira en torno a la reencarnación, que parece ser el tema favorito de David Safier como también ocurre en Maldito Karma. La reencarnación y eso de que nuestra alma va de un cuerpo a otro a lo largo de los siglos y de lo bonito que es que todos nos quisiéramos mucho a nosotros mismos para ser más felices. En resumen, risas asegurados y libro achuchable para leer antes de dormir.
