Cinco obras obligatorias para profanos en el teatro

Conocemos las obras pero no las hemos visto representadas. Sabemos que Shakespeare era un genio, que sus tramas, enrevesadas y oscuras,  emocionan tanto a lectores como espectadores. Puede que incluso hayamos visto la película. Lo mismo pasa con Sófocles, Eurípides, Oscar Wilde, Molière, Calderón, Lorca… Muchos no nos hemos acercado al teatro por el simple hecho de no tener tanto tirón como el cine y eso, sin duda, es un error.

No hacen falta grandes efectos especiales para emocionar con una buena historia. Hay grandes películas que presumen de ello y eso es, sin duda, gracias al teatro. Puede ser grandilocuente, mágico y sencillo. Todo a la vez. Y el directo puede  hacer dudar de cómo saldrán las cosas pues “sólo hay una toma”. Y, cuando todo sale bien, uno se levanta y aplaude con tesón. Para recuperar esta sensación hemos destacado cinco obras míticas que merecen la pena ser apreciadas en este formato. Además, tienen la ventaja de que cada poco están en cartelera.

Antígona, una de las tragedias griegas más famsoas
Antígona, una de las tragedias griegas más famsoas

Antígona, de Sofócles. La tragedia griega más conocida junto con, quizá, Edipo Rey del mismo autor. En esta obra se cuenta como Creonte, rey de Tebas, impone la prohibición de dar sepultura a Polinices, alzado contra el Estado y muerto en lucha fratricida. Antígona, la hermana del difunto, contraviene esas órdenes explícitas y le entierra. Una trama enrevesada que hace cuestionar desde el primer lugar las decisiones de los protagonistas y que, inevitablemente, nos lleva a una profunda reflexión sobre el respeto a las leyes y el derecho natural.

Hamlet, de Shakespeare. Esta obra gira en torno a Hamlet, cuyo padre, el rey de Dinamarca, ha muerto. Luego de que el fantasma de éste le revele que ha sido asesinado por Claudio, su hermano y actual rey busca venganza. Como si de una tragedia griega se tratase hay muchas más tramas intrincadas que complican todo hasta el punto de que las desgracias transcurren una tras otra. Un clásico fundamental.

Romeo y Julieta, de Shakespeare. Todo gira en torno al amor prohibido entre dos adolescentes miembros de familias rivales de Verona en la Italia del renacimiento. El romance avanza a medida que todos los allegados sospechan de lo que ocurre. Las desgracias, como es de esperar, aparecen para hacernos reflexionar sobre las consecuencias de amar a la persona prohibida.

La vida es sueño, de Calderón de la Barca. Basilio, rey de Polonia, confía en la astrología el destino de su hijo Segismundo, que acaba de nacer. Los astros predicen que el príncipe humillará a su padre y oprimirá a su pueblo. Ante esto, para evitar el cumplimiento de este mal presagio, el príncipe es encerrado en una torre. Años más tarde, cuando es liberado, la profecía va tomando forma. Una oda al destino que atrapará al espectador desde el principio.

La Casa de Bernarda Alba, de Federico García Lorca. El relato trata de Bernarda que, tras la muerte de su marido, somete a sus cinco hijas a una disciplina inquisitorial que las aleja de la vida real. La aparición de un hombre, Pepe el Romano, que parece tener intención de casarse con Angustias, la hija mayor, desencadena una serie de acontecimientos que desembocan en un inesperado y trágico final.

Es cierto que entre estas cinco obras predomina el drama pero, como suele ocurrir, esto hace que el público le dé más vueltas a la trama que está viendo. Esto, además, garantiza que habrá una emoción que por seguro hará disfrutar de las actuaciones en directo.

Miguel Martín Pazat de Lys

Licenciado en Derecho y Periodismo. Amante de la política, la actualidad, la música, la historia, los viajes y las nuevas tecnologías.

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