BOB DYLAN ES DIOS Y SCORSESE NOS CUENTA PORQUÉ

Bob Dylan hace mucho que dejó de necesitar presentaciones. Él es, simplemente, el artista vivo más importante que tenemos. Esto no es opinión, es un hecho. Pennebaker fue el primero que nos acercó a un documental sobre Dylan, pero se centró principalmente en su gira por Reino Unido en 1965. Después, mucho se ha dicho de él: gente que le había conocido hablaba de lo insoportable que es, músicos que habían trabajado con él contaban cómo hacía lo que le daba la gana y no contaba con nadie al salir a un escenario, otros hablaban del papel tan importante que Dylan había tenido en la sociedad americana… Pero nadie había llegado directamente hasta él. Él nunca había contado qué le parecía todo eso que otros decían, quizá porque los que lo habían intentado no tenían un nombre tan poderoso como Martin Scorsese, y cuando dos genios se juntan, crean genialidades del nivel de No Direction Home.

Scorsese va directo a la fuente que importa de verdad y el resultado es un documental reflexivo que rastréa no sólo la historia del cantante, sino sus raíces y el impacto de lo que ha creado todos estos años. Entrevistas al propio Dylan y, a veces, su voz en off contando que pasaba en alguna de las escenas que vemos. Además, toneladas de material de archivo para sacar el documental adelante,  cosas que no habían salido a la luz hasta que Scorsese les dió forma. Vemos imágenes que  ponen los pelos de punta (cuando interpreta Only a Pawn in Their Game at the March al lado de Martin Luther King en la marcha de Washington), otras que nos sacan la sonrisa y nos hacen amar a Dylan (es increíble ver las tonterías que se pueden llegar a preguntar en una rueda de prensa: «Mr. Dylan, chúpese las gafas, por favor.»  )  y otras que nos hacen pensar que es un estúpido integral (“¿Me firmas un autógrafo, Bob?” – «No, no tengo ganas y tú no necesitas mi autógrafo para nada”).

No se admiten dudas al afirmar que las canciones folk de Bob Dylan (Blowin’ in the wind, Masters of War o One too many mornings) son algunos de temas musicales más influyentes de los tiempos modernos. Dylan animó a sus oyentes a actuar, a reflexionar sobre los cambios que se estaban dando en los años 60 y 70 y les animaba a participar activamente en esos cambios. Pero él escribía esas letras porque, en ese momento, eran las letras que quería escribir y el folk era el género que, también en ese momento, él quería hacer. Esto le hizo ganarse etiquetas como “cantautor protesta” o “voz de una generación” y a Bob las etiquetas le daban igual. Por eso, en 1965, su músicadio un cambio de 180 º.

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No tenía (ni quería tener) respuestas para todo y lo folkie le empezaba a colapsar. Se pasó a la guitarra eléctrica y a tocar con banda. Puso la escena musical patas arriba porque times are a-changing. Sus conciertos se dividían en dos partes: folk la primera mitad y, para la segunda, salía The Band y tocaban rock ‘n’ roll. La primera parte se llenaba de aplausos y de gritos féminos diciendo “te quieros”. En la segunda mitad se escuchaban abucheos y gritos de “traidor” y “Judas” a los que Dylan respondía llamándoles mentirosos. Porque existen dos Dylan y por eso Scorsese divide el documental en dos partes: por un lado, se nos habla de Robert Allen Zimmerman, el chaval folkie de Minessota, y por otro, nos cuentan cómo aquel Robert A. Zimmerman se convierte en Bob Dylan, la súper estrella. El de antes de Like a rolling stone y el de después.Porque  Scorsese no sólo nos habla de la figura musical de Dylan, él se centra más en su papel como icono cultural, un reconocimiento con el que el viejo Bob no siempre estuvo cómodo.

Scorsese nos enseña porqué y para eso se vale de imágenes de archivo, pero sobre todo de testigos de excepción: amigos, colaboradores y mentores de Dylan que nos cuentan cómo vivieron este cambio y porqué Dylan es tan importante. Peter Seeger, Allan Ginsberg, Dave Van Ronk, Liam Clancy o Maria Muldaur se sientan enfrente de Scorsese y hablan del Bob Dylan que ellos conocieron. Y no podía faltar Joan Baez, que relata sus luchas profesionales y personales con el artista y cómo le reprochaba que, después de cantar tantas canciones protesta, no quisiera comprometerse en las manifestaciones en contra de la guerra del Vietnam ni ser activo políticamente en la llamada izquierda. 

En No Direction Home, Scorsese desnuda al poeta que se esconde detrás de esas eternas Wayfarer, pero no del todo, porque, para qué engañarnos, a Bob Dylan no es solamente su música lo que le hace tan atractivo: él es a uno de los artistas más enigmáticos y carismáticos que existen y han existido jamás y, como tal, es imposible dejarle en cueros.

Scorsese nos mira de frente y nos dice: “Éste es Dylan. Ámenlo o aborrézcanlo» (yo soy del primer grupo. Eso es así). Acomódense en sus asientos, pongan el volumen a tope y disfruten, sobre todo disfruten porque merece la pena. The answer, my friend, is blowing in the wind.

 

Año: 2005  Duración: 208 min.
Director: Martin Scorsese Guión: Martin Scorsese Música: Bob Dylan
Género: Documental/Biográfico/Música
 

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