La Feria Internacional de Arte Contemporáneo más importante regresa del 22 al 26 de febrero al recinto ferial IFEMA con más de 200 galerías y una treintena de países participantes
Un año más, vuelve la feria de arte contemporáneo más importante de nuestro país. Y lo hace con un total de 211 pinacotecas de 36 naciones distintas repartidas a lo largo de dos pabellones, el siete y el nueve, y cuatro secciones diferentes. ARCO no es solo una exposición para los apasionados y expertos en arte, sino que también sirve para cerrar más de la mitad de las ventas de arte en España.
La feria abrirá sus puertas al público general a partir del próximo viernes 24 en horario de 12:00 a 20:00, a excepción del domingo, que cerrará a las 18:00. El precio de las entradas varía entre los veinte y los setenta euros.
Qué ver
La pasada edición los temas más recurrentes fueron la supresión de las fronteras, las mujeres y el talento emergente. Este año, El Mediterráneo: Un Mar Redondo (situada en el pabellón siete) será la exposición central de ARCO, que reunirá a un total de 19 pinacotecas y artistas como Stefania Strouza, Jumana Manna, Iman Issa o Nilbar Güres. Además de disfrutar de las diferentes obras, los asistentes podrán acudir a charlas y proyecciones en las que se estudiarán y debatirán los temas expuestos.
La edición de 2023 cuenta con un gran catálogo internacional, y es que de las 211 galerías que participan, solo 71 son españolas. Gracias a esta variedad, ARCO ofrece secciones indispensables como Nunca lo mismo (ubicada en el pabellón nueve), dedicada al arte latinoamericano, que cuenta con trece artistas procedentes de Argentina, México, Perú o Brasil, entre otros.
Comisariado por Yina Jiménez Suriel y Julia Morandeira, el Opening by Allianz también es uno de los espacios más llamativos de la feria. Con el objetivo de dar a conocer nuevas tendencias, la pinacoteca de la aseguradora aprovecha para apoyar y dar difusión a un total de veinticuatro artistas emergentes repartidos en siete exhibiciones distintas entre las que se encuentran nombres como Augusta Lardy o Xavier Coronel.
La política y la reivindicación por los derechos humanos están presentes en ARCO, esta vez, con Voloshyn, la primera galería ucraniana que participa en la feria de arte contemporáneo. Anna, una de las portavoces de Voloshyn, tuvo que pasar más de dos semanas refugiada en la pinacoteca, ubicada en la planta baja de un bloque de edificios, junto a los propietarios de la misma y otros artistas. Entre las obras se encuentran carteles combativos en los que se pueden leer mensajes como “Stop Putin” o “Decolonize Russia”.
El “cadáver” de Picasso
Picasso es quien atrae a más curiosos. Pero no una obra del artista malagueño, sino una figura exacta del pintor recreada por Eugenio Merino. Ubicado en la galería ADN, el retrato de Pablo Picasso recibe a su público ataviado con una camiseta de rayas azules, pantalones de lino, alpargatas y un rostro muy serio y real.
Merino hace un homenaje al andaluz con motivo del 50 aniversario de su muerte y según Miguel Ángel Sánchez, director y propietario de ADN: “Eugenio Merino es un artista que siempre busca cierta ironía. La celebración de un fallecimiento no deja de ser un cliché turístico para vender y generar turismo. La idea es que al final convertimos a estos personajes culturales en un polo de atracción para la cultura de masas”.
Sin espacio para las mujeres
Este año no habrá un lugar específico dedicado a mujeres artistas como sí ocurría en las anteriores ediciones. Maribel López, directora de ARCO, explicaba que el objetivo de esta iniciativa era que las galerías incluyesen más obras realizadas por creadoras femeninas y asegura que se ha cumplido.
También señalaba que el planteamiento era “muy binario” y reductor, centrado en un “mujeres contra hombres”, ya que dejaba fuera a personas que no se sitúan en ninguna de estas categorías. Otro año más, la polémica vuelve a estar servida y el arte pasa a un segundo plano.
