En el mundo del teatro, existen numerosas supersticiones y creencias relacionada con la famosa obra de Shakespeare, Macbeth. Las malas lenguas dicen que entonar su nombre dentro de un teatro trae mala suerte, desencadenando consigo una serie de desgracias. Pero, ¿cuál es la historia de esta maldición teatral?
La historia inicia en el siglo XVII en el teatro Drury Lane de Londres. La compañía encargada de presentar su trabajo en ese momento decidió realizar una producción de Macbeth. Sin embargo, desde el inicio de los ensayos, el elenco y equipo de producción comenzaron a experimentar una serie de acontecimientos fuera de lo común: accidentes y tragedias inexplicables.
¿El espíritu anda suelto?
Se cuenta que el primer actor que interpretó a Macbeth murió repentinamente antes del estreno. Otros miembros del equipo sufrieron lesiones graves durante las escenas de lucha. Sin emabargo, lo que más impactó a la gente fue un incendio que destruyó parte del teatro durante una de las representaciones. Lo que produjo una serie de rumores sobre una maldición asociada a la famosa obra de Shakespeare.
Con el tiempo, esta imprecación se extendió a otros teatros y producciones de Macbeth en diferentes partes del mundo. Ha sido tanto su impacto que varios famosos directores y actores han relatado extraños incidentes y coincidencias desafortunaadas al momento de trabajar en la obra.
Las teorías hablan solas
Hay diferentes hipótesis sobre el origen de la maldición. Algunas personas creen que su origen se debe a las brujerías y conjuros presentes en la obra, mientras que otros señalan que puede estar fuertemente relacionada con el descontento de los antiguos espíritus teatrales que fueron desplazados por la popularidade de Macbeth.
A pesar de la superstición, esta creación de Shakespeare sigue siendo una de las más aclamadas y representadas en la actualidad. Sin embargo, los actores toman precauciones adicionales para evitar culquier incidente indeseado. Por ejemplo, varios han optado por cambiar el nombre real de la pieza por «Obra esocesa» o «El escocés», para evitar atraer mala suerte.
