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¿El Ópalo Mágico o un diamante en bruto?

'The Magic Opal', opereta cómica presentada en el Teatro de la Zarzuela

La nueva producción de la opereta de Isaac Albéniz no da tregua al espectador ante la variada cantidad de estímulos visuales desplegados

Saber utilizar un punto o coma en un texto tiene la misma importancia que el buen uso del silencio en las tablas de un teatro. Si se tratara de un musical, la cuestión sería distinta, pero la nueva producción de The Magic Opal en el Teatro de la Zarzuela, llena de estímulos visuales, no da tregua al espectador para asimilar todos los elementos de la propuesta teatral, una que interpreta las relaciones actuales y los retos en la búsqueda del ‘amor verdadero’. 

Compuesta por Isaac Albéniz y con texto de Arthur Law, The Magic Opal se presentó por primera vez en 1893 en el Lyric Theater de Londres. Un año después de su estreno, la opereta al estilo inglés llegaba a España para ser interpretada en el Teatro de la Zarzuela, bajo el nombre de La Sortija. Ciento veintiocho primaveras más tarde se vuelve a presentar, con su nombre original y en las mismas tablas, la ópera cantada del compositor español. La recuperación de las partituras, gestión de Borja Mariño, fue realizada en el 2010 para interpretar la pieza musical en el Auditorio Nacional.

Proyecciones, voces y trapecistas en la ‘búsqueda del amor’

Lolika (Ruth Iniesta) y Alzaga (Santiago Ballerini) son los protagonistas de esta nueva producción, con destacadas interpretaciones líricas, sobre todo de la soprano. Enamorados ‘a primera vista’, son dos de los ocho participantes que se involucran en la aventura de encontrar su media naranja y no quedar ‘solterones’ de por vida. Eros XXI (Fernando Albizu) hace las veces de gurú del amor de programa televisivo en esta competencia, con interpretaciones un tanto extravagantes que llega a mofar la historia de la pieza.

Tres vidas, un objeto especial y dinero son parte del kit inicial entregado a los participantes para enfrentarse al amor, una referencia que recuerda a la producción americana The Hunger Games. Entre ambición y amor no correspondido, personajes como Trabucos (Damián del Castillo) y Martina (Carmen Artaza) despliegan su lucha por el ópalo (que termina siendo un diamante de poco atractivo) con tal de conseguir un amor, por otra persona o por ellos mismos, acción que les requiere de una interpretación física y lírica que no permite escuchar con claridad los diálogos y versos.

Puertas que se abren y se cierran, en todas direcciones continuamente. Trapecistas que se balancean en escena mientras las interpretaciones tratan de tomar el protagonismo de las miradas del público. Dinámica y versátil, la escenografía es creativa y se amplía y reduce constantemente, con paredes blancas que, movidas por los opalines (especie de Minions que colaboran con Eros XXI en el juego), dan la sensación de un sinfín en el que las proyecciones pueden recrear infinitos escenarios. Sin embargo, demasiados estímulos que pierden al espectador durante la ejecución y el movimiento de la escenografía no favorecen la proyección vocal de los intérpretes. Paco Azorín, director de escena y escenografía, apostó por una producción desmesurada que, con un elevado número de elementos implementados en el escenario, finaliza sin efecto alguno por la pérdida de coherencia entre ellos.

'The Magic Opal', opereta cómica presentada en el Teatro de la Zarzuela.
‘The Magic Opal’, opereta cómica presentada en el Teatro de la Zarzuela, en Madrid. © A.M.F.B.

Se arroja el anzuelo, pero no hay intención de esperar a que alguien pique. Tampoco hay sugerencia al pensamiento o espacio para la reflexión. La conversación con el público es unidireccional: solo hay una parte que recibe sin derecho a réplica. El diálogo entre los personajes, con un cúmulo considerable de obviedades, entorpece el desarrollo de una primera idea que se planteaba prometedora en esta nueva versión de la ópera de Albéniz.

El protagonismo: entre la música y las voces

Guillermo García Calvo, director musical de la renovada propuesta del compositor español, no logra lucir sus habilidades con este montaje. Acompañado por la Orquesta de la Comunidad de Madrid, maneja con prisa la armonía de la musicalización de la opereta, que llega tarde ante la velocidad de las interpretaciones de los cantantes. Se da una lucha entre mantener un ritmo imposible y el despliegue de sus habilidades vocales con las físicas, de alta demanda. Hay una intermitente lucha entre el protagonismo de la música sobre el diálogo y la escenografía que no permite la comprensión de la opereta al espectador. 

A pesar de una primera idea que coquetea con la evolución de las relaciones en la actualidad, el despliegue y ejecución de esta opereta hace que se extrañe el planteamiento inicial. El divertimento teatral y musical quedó rezagado a un intento forzado de modernización. No fue oportuna la ejecución.

The Magic Opal, finalizó sin anillo ni ópalo y con dos parejas con un destino forzado. Se extrajo el diamante de Albéniz para dejarlo sin pulir.


Lo mejor: Escuchar la fuerza vocal de Ruth Iniesta en escena.

Se echó de menos: Sincronización entre la música, los diálogos y el uso desmesurado de estímulos visuales.


Ficha técnica

Teatro de la Zarzuela (Madrid). Música: Isaac Albéniz. Libreto: Arthur Law. Traducción Javier L. Ibarz y Pachi Turmo. Adaptación de Paco Azorín y Carlos Martos de la Vega. Dirección musical: Guillermo García Calvo. Dirección de escena y escenografía: Paco Azorín. Orquesta de la Comunidad de Madrid. Titular del Teatro de la Zarzuela. Coro titular del Teatro de la Zarzuela. Reparto: Ruth Iniesta, Santiago Ballerini, Luis Cansino, Damián del Castillo, Carmen Artaza, Jeroboám Tejera, Helena Ressurreiçao, Alba Chantar, Gerardo López, Tomeu Bibiloni, Fernando Albizu. 

Ana Mariela Ferrer Bahri

Periodista. Aficionada a la fotografía y lectura.

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