Existen dos tipos de personas en los conciertos: los que van por el grupo y los que van por la cerveza. A veces los que van por el grupo también van por la cerveza. A nadie parece importarle gastarse, en tres mini jarras de plástico que ese elixir amarillo y burbujeante, lo mismo que invirtieron en su entrada.
Muchos culpan a los organizadores o a alguna entidad difusa y superior que ha querido estafarles en tiempos de crisis. Pero el responsable es el IVA: pequeños y grandes locales han tenido que subirlo al 21% -que también se aplica a las entradas-, mientras cualquier bar sin conciertos carga un 10% -y no es poco- a sus consumiciones.
Debido a lo que la dirección del Día de la Música ha llamado “ivazo” cultural, esta jornada, que se había celebrado desde el 21 de junio de 2008, se quedará en silencio. El Festival de Madrid se inauguró en la Explanada del Puente del Rey y, desde 2009, el Matadero acogió la celebración -excepto en 2010, donde tuvo lugar en el Teatro Circo Price.
Precisamente por esta subida del IVA cultural de un 8% a un 21%, y que grava cualquier espectáculo en directo, el pasado 20 de mayo se organizó la iniciativa Un día sin música, que dejó todo el país sin un solo concierto a modo de protesta.
Este es un esbozo del panorama del IVA para la música en directo en el resto de Europa: Portugal y Finlandia presentan cifras altas pero no terribles: un 13% y un 10%. En Francia es de un 5,5% y en Suiza, solo un 2,5%. En Noruega ni siquiera se carga impuesto.
El equipo organizador del Día de la Música ha asegurado en su web que, además de trabajar para reanudar el evento en 2016, colaborarán en la próxima edición del MULAFEST 2015 que, además de música, combinará música, arte, teatro e incluso un espacio dedicado al tatuaje.
