DE VILLANOS Y PRINCESAS, DREAMWORKS VS. DISNEY

megamind y enredadosÉranse a la vez un país muy muy cercano, abarrotado de rascacielos y luces de neón, y un país muy muy lejano, en el que los rascacielos se cambian por altas torres de piedra y las luces de neón por linternas flotantes. En uno hay un villano con un reloj que le permite adoptar cualquier apariencia, y en otro una heroína con un largo cabello que tiene el superpoder de sanar y rejuvenecer. El primero intentará conquistar a su dama entre torpes intentos de apoderarse de la ciudad y la segunda se fugará para recorrer el reino con un pillo que se convertirá en su amado. No se ha estropeado la máquina de contar cuentos; son las apuestas de animación que nos traen DreamWorks Animation y Walt Disney Pictures para estas fechas.

Una multitud de niños con guantes y gorros de lana y de mayores con bufandas hacen cola en las taquillas de los cines en los fríos meses de invierno. En los puestos de chucherías la elección está entre patatas o palomitas, en la cartelera entre Megamind (una visión diferente de la fórmula de héroes y villanos) o Enredados (adaptación de la clásica historia de Rapunzel de los hermanos Grimm). Seguramente los adultos se inclinen por la primera opción y más moderna, Megamind de DreamWorks, y harán bien; ya que sus sucesivos golpes de humor y su banda sonora actual contribuirán a pasar el rato de forma más o menos entretenida sin que acompañar a los más pequeños al cine resulte una obligada pérdida de tiempo. Sin embargo, a los más tradicionales (y es permisible augurar que a muchas niñas de vestidos rosas con trenzas o diademas en el pelo) quizás les resulte más efectiva la fórmula del clásico Disney que comienza con el tópico de un castillo, un encantamiento y una princesa y continúa con canciones algo pastelosas para desembocar en el previsible banquete de perdices.

Ya en el interior de la sala, durante la proyección de Megamind se nos presenta la historia de un villano incomprendido que siendo niño fue enviado a la tierra antes de la destrucción de su planeta (¿nos recuerda algo?) con tan mala suerte que aterrizó en un reformatorio. Pasó su infancia, marginado por ser diferente, en la escuela de niños talentosos a la que lo llevaron. Allí fue donde decidió hacer lo que todos se empeñaban en que se le daba mejor: el mal; y lo hizo enfrentándose al niño más popular de la clase (y algo repelente) que se convertiría en el héroe de la ciudad: Metroman. Todo va bien hasta que por un golpe de la casualidad Megamind acaba con Metroman y entonces se da cuenta de que su vida está vacía por lo que intentará llenarla fabricando un nuevo héroe a la vez que intenta conquistar a una joven reportera disfrazado de humano corriente.

El argumento de la sala de al lado es muy diferente. Enredados empieza con una flor mágica que permite a la reina dar a luz a una preciosa princesa que tras su nacimiento es raptada por una malvada bruja que descubre que el cabello de la pequeña tiene el poder de la juventud eterna. Para aprovecharse del don de la joven, la bruja la encierra en una torre y la cría como su hija. Pero los reyes no cesan en la búsqueda de Rapunzel y cada año en su cumpleaños lanzan al cielo miles de linternas que la muchacha contempla desde la ventana de su prisión. Obnubilada de curiosidad por el mundo exterior, en la víspera de su 18 cumpleaños (recurso recurrente en la factoría Disney) aprovecha el fortuito encuentro con el bandido más buscado del reino para fugarse con él y descubrir la verdad sobre las extrañas luces.

Ambas opciones son válidas pero la primera viene con mensaje: “el destino no es el camino que se nos da, sino el que uno elige por sí mismo”. Para saber cuál de estos dos caminos es el más elegido por el público cinéfilo habrá que esperar aún un tiempo a que se hagan públicos los resultados del duelo DreamWorks/Disney. Las apuestas están abiertas.

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