Sofía y Guernica en la oscuridad

El Cuadro de el Guernica en el Museo Reina Sofia de Madrid
El Cuadro de el Guernica en el Museo Reina Sofia de Madrid
El Cuadro de el Guernica en el Museo Reina Sofia de Madrid
El Cuadro de El Guernica en el Museo Reina Sofía de Madrid

Llegan las vacaciones de Navidad y es momento de hacer una visita a nuestros museos. En uno de ellos se esconde un producto con valor que hay que encontrarlo. Cabeza de un lado a otro, la gente observa a la Mujer Azul de Picasso, al Retrato de Luis Buñuel, o bien, a la escultura Maternidad de Alberto Sánchez. Pero el tesoro del Reina Sofía reside en la sala 206.6, rodeada de una puesta de sol madrileña muy silenciosa. Es El Guernica, la famosa obra de Pablo Picasso, de 1937.

Tomás Llorens, ex director de los museos Reina Sofía y Thyssen explicó en una entrevista para El País, en 1992,  que, en realidad, el cuadro de El Guernica, por su espectacularidad, iba a estar en el Prado. Pero, finalmente, recayó en el Reina Sofía, para que el conjunto de obras de Pablo Picasso estuviera completa y unida. Todo el mundo se queda observando la compleja obra.

El Guernica expuesto en la sala 206
El Guernica expuesto en la sala 206

El inmenso y apoteósico encuadre francés de 349 x 776 m, óleo sobre lienzo, asombra. Es como dos veces la altura media de un ser humano. Invade el respeto y el agobio por su dimensión y su temática extravagante del género del Arte Narrativo. Blanco y negro, dos colores extremos: claridad y oscuridad, pureza y tiniebla. Tristeza, máximo significado de este bicolor. Se encuentra solo, ocupando una inmensa pared blanca. Las obras de Julio González, Retratos de Montserrat de 1939, le acompañan en la pared de enfrente. El Guernica comparte estancia, pero no pared.
El día acompaña estos colores. El anochecer va envolviendo de negrura mate la sala de exposiciones por la fuga del sol del atardecer madrileño. El silencio sepulcral dicta sentencia en la sala. La lobreguez inmutable se adentra sin pedir permiso a los observadores del cuadro cubista. Setenta y siete años atrás estaría el pintor malagueño puliendo sus últimos retoques para concluir la obra maestra de la guerra. Una obra hecha en un mes para el pabellón español en la Exposición Universal de 1937.
Guerra. Esa es la palabra que retumba al observar el trazado de Pablo Picasso. Al haber pasado por Capa, Dalí o Miró, también disfrutas, pero no hay comparación. Ni las fotografías de Cara a Cara de 1937-1938 impresionan, ni tan siquiera el Gran Masturbador sorprende. Nada. Solamente penetra en el subconsciente el horror de la guerra; tal y como lo interpreta Anthony Blunt en su estudio.

Pablo Picasso pintando el Guernica
Pablo Picasso pintando El Guernica

La muerte. Una miscelánea de elementos para configurar esta obra del siglo XX. La gente se acerca al lienzo en absoluto mutismo para experimentar estas sensaciones de forma más cercana. Muerte, una palabra que se repite constantemente en la pirámide del Guernica. Historias crueles y dramáticas son las que se cuelan por el audio guía de unos testigos de la Guerra Civil Española de 1936. En efecto, estas palabras son las que quedan reflejadas en el cuadro mientras escuchas y ves, a la vez, lo siguiente: “Fue una autentica brutalidad ese día. Lo único blanco que se veía era el destello de las explosiones de las bombas en la ciudad vasca. Picasso lo expresó incuestionablemente en cada atisbo de color blanco en su creación”, argumentan los testigos del acto, Lorenzo Uriarte y Francisco Gurruchaga.
Ya es completamente de noche. Y el símbolo del republicanismo de Picasso pierde claridad por la falta de la luz del día. Ya no se pueden apreciar las figuras deformes del cuadro. La obra del pintor vuelve a sumirse en la soledad. Guernica de nuevo vacío y solamente acompañado por la oscuridad del Sofía.

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Sergio Enciso

Nacido en Huesca. Diplomado en Pre-Musical en la Escuela de Teatro musical Coco Comín, porque adoro el teatro y más concretamente el teatro musical. Licenciado en Periodismo en la UAB 2013. Ahora estoy realizando el Máster en Periodismo Cultural en el CEU San Pablo, Madrid 2014. Soy muy extrovertido, divertido y amigo de mis amigos. Soy cultura 100%.

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