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Juan Carlos Garvayo, pianista del Trío Arbós: «La música es un bien del alma»

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Llevan más de 17 años llenando las salas de conciertos de medio mundo, pero desde la pasada semana su nombre suena más que nunca. El trío Arbós, un grupo de cámara formado por el violinista Miguel Borrego el violoncelista José Miguel Gómez y el pianista Juan Carlos Garvayo, ha visto reconocido su esfuerzo y su aportación a la cultura musical de este país con el Premio Nacional de Música en la modalidad de interpretación. Hablamos con el pianista del trío, Juan Carlos Garvayo, sobre su historia, sus ambiciones y sus proyectos más recientes.

Pregunta: Ahora que el jurado del Premio Nacional lo confirma, ¿cómo os sentís vosotros sabiendo que aportáis tanto a la cultura de este país?

Respuesta: Algo que teníamos muy claro desde que empezamos es que, de alguna forma, lo que queríamos era reivindicar esa música española que ha quedado históricamente enterrada por las discontinuidades históricas de nuestro país.

Éste es un país en el que nos gusta mucho lo nuevo. Se construye todo muy rápido pero donde luego no tenemos el cuidado suficiente para mantenerlo y constantemente se quedan enterrados los proyectos sin más seguimiento. Nosotros queríamos recuperar repertorios, hacerlos nuestros, grabarlos, rescatar partituras para editarlas y fomentar la creación musical, teniendo una colaboración muy cercana con compositores españoles, que escribieran para nosotros, que nosotros pudiéramos difundir su música, y que fuera una relación simbiótica que nos hiciera crecer a todos. Estos fueron nuestros pilares desde el principio y nunca se han modificado.

La verdad es que nos resulta muy grato que se nos reconozca con este premio, que probablemente es el premio más importante de música que existe en este país. Ha sido una gran sorpresa, y sobre todo, un placer que el jurado lo justifique de esta manera, desde el punto de vista que mencionabas.

P: También acabáis de sacar al mercado un CD de Cuartetos con piano de Bautista, Remacha y Turina, ¿qué me puedes contar sobre él?

R: Éste es el primer CD que hacemos como cuarteto con piano, que es una extensión natural del trío, porque es el trío más viola. Se trata de tres obras: un cuarteto de Fernando Remacha, otro de Julián Bautista y otro de Joaquín Turina.

Yo creo que Joaquín Turina es muy conocido internacionalmente, pero no tanto Julián Bautista y Fernando Remacha, que fueron dos compositores que sufrieron las consecuencias de la Guerra Civil española y de la dictadura posterior y que quedaron tan marcados que no quisieron hablar de su obra, la dejaron oculta. Ahora nosotros queremos homenajear a estas personas y sobre todo dar a conocer esa música, que tiene muchísimo valor porque son obras sensacionales.

Este disco acaba de salir y ya está llamando mucho la atención prácticamente antes de difundirlo porque las obras realmente atrapan y la coincidencia con el premio está influyendo mucho para bien.

P: Tocáis tanto obras románticas y clásicas como música contemporánea, ¿cómo definirías el estilo del trío Arbós?

R: Es difícil de definir porque desde fuera es como se aprecian estas cosas. Pero yo creo, y probablemente no vaya muy desencaminado, que somos intérpretes muy respetuosos con los compositores. Que nos debemos a nuestra música y no a cultivar nuestro ego como intérpretes. Somos muy escrupulosos y muy cuidados con las obras a las que nos acercamos, llevamos a cabo un trabajo muy minucioso. Y eso es quizás lo que se aprecia desde fuera para definir nuestro trío. Damos una imagen de seriedad dentro de la música de cámara.

P: El Trío Arbós se fundó en el año 1.996, tomando el nombre del director, violinista y compositor español Enrique Fernández Arbós, Creador de la Orquesta Sinfónica del país, pero ¿cómo os surge la idea de crear este grupo de cámara?

R: Era un deseo personal de cada uno de nosotros el formar un grupo de cámara en Madrid, porque empezábamos a establecernos ya en esta ciudad después de nuestros estudios en el extranjero. Entonces, casualmente, y por circunstancias del destino, nos encontramos, creamos el grupo y pronto nos ofrecieron tocar en un concierto de prueba que resultó un flechazo.

Y así, poco a poco, vimos que ese deseo personal de cada uno se convertía en un deseo colectivo de los tres que no sabíamos muy bien adónde iba a llegar, pero por el que queríamos luchar para conseguir que nuestro grupo llegara a ser un conjunto con cierta trayectoria y seriedad.  Para lograrlo, empezamos a trabajar muy duro desde el principio. Hasta ahora.

P: ¿Cómo os organizáis dentro del grupo?

R: Desde el punto de vista musical, es una democracia perfecta, porque tan valiosa es la aportación de uno como la de otro. Si no, este trío no podría progresar, no habría posibilidad de crecer. Hay una participación activa de los tres en todo momento. Cada uno con sus conocimientos y con sus obsesiones, pero al final lo que hacemos parte de la iniciativa y la decisión de los tres.

P: ¿En cuántas salas y festivales de distintos países habéis actuado hasta ahora?

R: Uf, sería muy difícil decirte. Imagínate, son ya más de 17 años trabajando. Un día estuvimos contando y salían más de 30 países, pero de esto ya hace tiempo. No sabría especificar ahora mismo cuántos llevamos en total.

Podría decirte que en cuanto a salas y festivales, una infinidad de ellos. Yo diría que, a nivel mundial, hemos visitado prácticamente todos los festivales de música de cámara a en alguna ocasión. Y dentro de España, hemos hecho conciertos en prácticamente todas las salas del país y hemos estado presentes en casi todos los ciclos de conciertos que incluyen música de cámara.

P: ¿Hay alguna actuación o festival que haya supuesto un punto de inflexión en vuestra carrera?

R: Sí, hay algunos momentos, aunque sea de manera psicológica para nosotros, que tienen una significación especial. Por ejemplo, la primera vez que salimos al extranjero, que recuerdo que fue en una gira por Inglaterra e Irlanda. Recuerdo con especial cariño aquellos conciertos en lugares como Manchester, Londres, Dublín…

Fue muy especial porque no nos lo creíamos. Cuando empezamos a tocar no sabíamos cómo iba a resultar todo porque una formación de cámara es muy delicada, son tres sensibilidades distintas que tienen que unificarse y limar asperezas. Se tienen que encontrar y buscar un punto en común, y cuando eres joven eso no es tan fácil porque sabes menos de la vida.

Además, también hay conciertos que son muy importantes por la trascendencia que tienen para un músico. Lugares como el Konzerthaus  de Viena, donde debutamos, o el conservatorio de Tchaikovsky de Moscú. En estos casos, no nos terminábamos de creer que nos encontráramos en los escenarios de lugares tan emblemáticos para nosotros, considerados como verdaderos hitos de la música.

 P: Hablabas ahora de Viena. Sabemos que Austria es uno de los países que más valora y promueve la música clásica desde siempre, ¿crees que en España se aprecia y se fomenta la cultura musical?

unnamedR: Si lo comparas con Austria, y con Viena en particular, la verdad es que estamos muy lejos de ellos. La música en Austria es como una religión, algo que causa una admiración y un respeto incluso a nivel popular.

En España, la educación musical general siempre ha sido muy deficiente, aunque ha mejorado mucho en los últimos años. Aun así, los conservatorios no terminan de tener un plan de estudios adaptado a los tiempos modernos, más fluido y eficaz. Eso es bastante frustrante.

En cuanto al interés por la música, yo creo que eso es algo innato en el ser humano. Otra cosa es que la música a la que las personas están expuestas constantemente sea de un cierto estilo o de otro, hasta que al final termine gustándole simplemente por desconocimiento de cualquier otra. Pero la música clásica bien tocada y con un buen repertorio, gusta a cualquier persona que se acerque a ello, siempre que lo haga de una manera correcta.

P: ¿Piensas que la música clásica necesita renovarse constantemente para seguir atrayendo al público más joven?

R: Pienso que la música es el gran arte, es universal y que, por supuesto no puede dejar de interesar al ser humano, ni joven ni viejo. Es algo fundamental en nuestra cultura y tiene que estar presente. Otra cosa es que por desidia, por dejadez, por desconocimiento o por muchas otras razones ajenas al valor intrínseco de la música en sí, cierto público no se acerque a ellas. Pero si uno se descubre y se sumerge en ese mundo, por supuesto que es maravilloso.

De todas formas, yo creo que no es un problema de la música en sí sino de cómo se ofrecen las programaciones y de cómo va la sociedad hoy día, donde hay ciertos productos comerciales con los que nos están machacando a diario y que son puro marketing. Pero la música clásica no es un producto comercial, es un arte universal como el teatro, la literatura o la pintura. Es parte de nuestra cultura y hay que apoyarla y conocerla porque es lo que nos engrandece como seres humanos y lo que hace que en un país no cuenten sólo los índices económicos sino también la educación y la cultura por encima de todo.

Ahora oyes hablar a los políticos en las noticias y están constantemente hablando de cifras. Todo se convierte en mercantilismo y no entienden que nunca saldremos del agujero si no somos un país educado y culturalmente activo. España desde luego tiene todas las posibilidades, porque tiene una cultura potentísima que se vale por sí sola, pero no se aprovecha. Por eso, si algún mérito tiene nuestro grupo de cámara, es el de ser tenaces en un país en el que ese tipo de proyectos no suele durar a largo plazo.

P: Teniendo en cuenta declaraciones como la del Ministro Montoro, en las que desprestigiaba la calidad del cine español, ¿piensas que en España se valora la cultura?

 R: Están bombardeándonos tanto con esas informaciones que, al final, hasta nos anestesiamos hacia ese tipo de comentarios. Actualmente, las actividades humanas que no son productivas económicamente son innecesarias, ridículas y prescindibles. La música no es un bien económico, es un bien del alma, y los bienes del alma no se pueden contabilizar. Pero claro, mientras que no entendamos esto…

En España hubo un boom musical tremendo en unos años, en los que nos acercamos a estándares europeos, pero, con la crisis económica, lo primero que ha desaparecido son los ciclos de conciertos, las orquestas… Hemos ido para atrás en el tiempo.

Nerea Sirera

Cinéfila, seriéfila y amante de la literatura y el teatro. Licenciada en Periodismo, siempre tengo un libro o una película entre manos. Soy de Alicante, Madrid y el mundo. Escribo en www.cineconella.com y en http://www.infoexpres.es/s6154-Los-acomodadores.html.

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