Tristeza, hipocresía e ironía son algunos de los atributos que caracterizan a Cinco horas con Mario, la recreación teatral de esta conocida novela-monólogo de Miguel Delibes que acaba de cumplir treinta y tres años. Al frente, y durante más de una hora y media de espectáculo, Natalia Millán. La actriz, que interpreta el papel de Carmen Sotillo, consigue adentrar al público en el contexto de la muerte de Mario, su marido. En el escenario, un decorado simple que la acoge en el velatorio y frente el féretro de su difunto esposo, con el que discursa y deja entrever la doble moral que distinguía a la época.
Lola Herrera había tenido la propiedad exclusiva de la personalidad de Carmen Sotillo durante tres décadas, pero el esfuerzo de Natalia Millán ha sido muy aclamado por el público. La continua exhibición de reproches, de dudas y deslealtades por parte de la protagonista hace que el espectador sienta en primera persona la represión que sufrían las mujeres durante el régimen franquista para dar a luz a sus opiniones e ideales. Sorprende la manera en que Delibes pudo conectar de forma tan irónica la crueldad de aquellos años y la tristeza de una muerte con la propia vida de una madre de familia. Este hecho persiste en la adaptación teatral de Josefina Molina y José Sámano, directora y productor, respectivamente, desde su primer estreno.
Actualmente, se puede gozar de esta obra en el teatro Arlequín de Madrid. Es tanto el éxito y la buena acogida del público que se ha prorrogado hasta el 6 de enero. Acto seguido, continuará su gira por España.
