Aldous Huxley escribió sobre él, Balzac se inspiró en su obra y hasta Martin Scorsese fue influido por sus grabados
Ocurre siempre con las caracolas. Todo individuo que se coloca una en la oreja acaba filosofando sobre la capacidad que posee la diminuta concha para contener la inmensidad sonora del océano. Es una sensación parecida a la que se enfrentan los visitantes