Que una empresa cumpla veinte años de vida siempre es motivo de celebración. Si esa empresa se dedica al mundo de la cultura, aún más. Por eso, la agencia de managment Spanish Bombs celebró su vigésimo aniversario con una fiesta que, además, sirvió para presentar al público sus últimos fichajes: Delacruz, Anni B Sweet y Delorean.
Los conciertos, celebrados en el Teatro Barceló, estuvieron amenizados, también, por Noni de Lori Meyers a los platos y culminaron con el regalo de un queso de Arzúa -lugar de origen de Spanish Bombs- a todos los asistentes.
Delacruz
Pasados unos minutos de las ocho de la tarde aparecían en el escenario Delacruz, el nuevo proyecto de Miguel Rivera y César Díaz tras el parón que anunció Maga en diciembre de 2014. La pareja, acompañada para la ocasión de Álvaro García a la batería, afrontaban en la fiesta su primer concierto desde la formación de la banda. Bastaron unos pocos compases para comprobar la ruptura estilística que los sevillanos quieren lograr en esta nueva etapa: guitarras más potentes y afiladas, con -a veces ineficaces- giros hacia el rock más duro, programaciones más sencillas y estructurales que prescinden de capas superfluas y una base rítmica muy contundente. Si bien el planteamiento es bueno, no parece funcionar del todo en directo. Las canciones más enérgicas quedan sumergidas bajo estridentes riffs de guitarra y las más delicadas no acaban de encajar bien en el conjunto.
Además, las comparaciones con Maga son inevitables y la voz de Miguel Rivera en las canciones más pop no logra evitar pensar en una versión reducida del grupo que nos enamoró con Agosto esquimal y Diecinueve. Aún así, es complicado juzgar a Delacruz con apenas una canción publicada y ningún concierto -con esta formación- a sus espaldas. Esperamos que las próximas fechas de su agenda sirvan para pulir estos detalles y podamos disfrutar plenamente de sus canciones.
Anni B Sweet
Enfundada en un brillante vestido azul de lentejuelas aparecía en escena Anni B Sweet, rodeada de su banda habitual. Ha pasado mucho tiempo desde aquel Start, Restart, Undo (Subterfuge, 2009), que la incluiría en esa corriente de cantautoras folk también conocida como «las chicas con guitarra», entre las que se encontraban Russian Red, Alondra Bentley o Zahara. Poco queda ya de aquella chica tímida que se subía al escenario y se escondía detrás de las cuerdas. Tras un segundo disco (Oh, Monsters!, Subterfuge 2012) en el que se apreciaba una evolución hacia sonidos más pop, plagados de arreglos y estructuras más complejas, la malagueña nos sorprendía en diciembre de 2014 con el lanzamiento del single de adelanto de su próximo álbum, Chasing Illusions, donde esta faceta más pop se recrudecía y ganaba intensidad.
Con estos antecedentes se esperaba, por tanto, un concierto potente, más eléctrico y menos introspectivo. Arrancando la actuación con un tema que pertenecerá a su próximo lanzamiento, la malagueña atacaba la guitarra eléctrica -significativo cambio- con fuerza y su voz se alzaba hasta casi desgarrarse, llegando casi escuchar ecos lejanos de la mejor Patti Smith. Incluso las canciones primerizas, como Motorway, ganaban en intensidad en manos de esta Anni renovada, que aunque aún palidece un poco al hablar con el público, demostró que los cambios, bien estudiados y sin prisas, consiguen resultados excepcionales.
Delorean
Una maraña de cables invadía el escenario mientras se preparaba todo para la salida de Delorean. Y entre enchufe y enchufe, cuatro toallas, una para cada miembro, que alguien del equipo técnico colocaba con mimo y que anticipaban la intensidad que íbamos a vivir minutos después. Caían las luces, sonaban las programaciones y con el primer golpe de batería el Teatro Barceló se convertía en una gran discoteca. Se sucedían uno tras otro temas de su más reciente Apar (Mushroom Pillow, 2013) y Subiza (Mushrrom Pillow, 2010), discos que han conseguido hacer de los de Zarautz la banda española con mayor proyección internacional, llegando a ser el único grupo del país en actuar en el festival americano Coachella.
Delorean, especialistas en mezclar sonidos orgánicos con sintéticos, no olvidan su pasado más hardcore y desplegaban una fuerza que en más de una ocasión hizo temer por la integridad de algún teclado. Ritmos frenéticos, multitud de capas de sonido, trepidantes líneas de bajo, riffs de guitarra y un juego entre la voz masculina en directo y las femeninas grabadas creaban una atmósfera que conseguía transportar a base de baile a un lugar alejado de la pista. Una demostración de lo fácil que es desprenderse de los complejos que muchas veces aquejan a los grupos nacionales y que en este país hay calidad suficiente para competir con los grandes nombres internacionales. Esperamos que este año recibamos un nuevo disco.
Ramonsters
Además de los grupos anunciados en el cartel, se hablaba de la actuación de un grupo sorpresa, y así cuando finalizaron Delorean, el público mantuvo sus posiciones, esperando pacientes. Poco tardaría en aparecer Ramonsters, una banda tributo a los Ramones compuesta por miembros de PPM, UVI, Gabinete Caligari y Mario Vaquerizo a la voz. Con una caracterización muy acertada -pelucas incluidas- el grupo tocó duante quince minutos, sin pausa, los temas más famosos de la banda de Queens. A pesar de ejecutar las canciones de manera casi perfecta en lo musical, la adaptación de las letras al castellano, hecha por Nacho Canut, conseguía despojar de sentido los temas originales, quedando artefactos algo blandos y sosos. Aun así, ejercieron bien su papel de fin de fiesta y consiguieron los aplausos de buena parte del público.
Una gran fiesta de cumpleaños para la gente de Spanish Bombs, que esperamos puedan celebrar de igual manera otros veinte años más.
