‘An Evening With Silk Sonic’, la colaboración entre Bruno Mars y Anderson .Paak que trae de vuelta el R&B de los años 70
Silk Sonic Intro es el eufórico estallido instrumental con el que arranca An Evening With Silk Sonic, el debut de un dúo que, sobre los pilares del Sonido Filadelfia, dejan de ser Bruno Mars y Anderson .Paak para convertirse en Silk Sonic.
Esta colaboración comenzó a gestarse en 2016, cuando .Paak actuaba como telonero en la gira europea 24K Magic de Mars. La devoción de los artistas por el sonido de “la vieja escuela”, los llevó directos al estudio de grabación donde fueron bautizados como “Silk Sonic” por el bajista y cantante de funk, Bootsy Collins. En An Evening With Silk Sonic, cada detalle es una declaración de lealtad a un sonido, donde todo parece llevarnos en un Cadillac rumbo a los setenta, para una velada de sombrero de ala ancha, traje de terciopelo y mucho, mucho groove.
El dúo lanzó el pasado marzo el single Leave The Door Open, subiendo rápidamente a lo más alto de las listas y convirtiéndose en un éxito de crítica y público. Las voces, la instrumentación, el estilo… La pareja había cuidado escrupulosamente cada detalle, desde el modelo del parche de la batería hasta la elección del estudio de grabación, para conseguir un sonido muy concreto. Mars, que ya había hecho bailar al mundo con Uptown Funk, volvía a tirar de archivo musical y recuperaba, junto al rapero Anderson .Paak (la verdadera sorpresa del álbum), lo mejor del llamado ‘Sonido Filadelfia’. Y, por si quedaba alguna duda de qué era Silk Sonic, la banda se estrenó en directo con una brillante actuación en los Grammy, que parece una reposición del mítico programa de televisión Soul Train. Todo detalles.
El ‘Sonido Filadelfia’
A principios de los setenta, el Philly Sound, que fue el puente entre la Motown y la música disco, mezcló soul y jazz en jugosas armonías vocales y grandes arreglos instrumentales de viento, cuerdas y percusión derivando en un exquisito soul sinfónico. De ahí surgieron bandas como The Delfonics o The O’Jays, y artistas como Teddy Pendergrass o Billy Paul, que Mars y .Paak llevan por bandera a lo largo de todo el álbum.
Silk Sonic recupera, no solo aquel sonido, también su estética y actitud, sobre todo, la actitud. Si la segunda pista se quedaba en la parte más cheesy y romántica del sonido Filadelfia, el tercer tema del LP nos remite, sin ocultarlo, a una de sus grandes figuras: James Brown. Con descaro y una línea de bajo en el centro del plano, Fly As Me es puro funk. Le sigue After Last Night, colaboración junto al bajista Thundercat y el ya mencionado Bootsy Collins, en un corte más cercano al estilo psicodélico y groovy de éste último que a las armonías vocales del Philly Sound.
Pero An Evening With Silk Sonic no se queda en el homenaje y, con temas como Smoking Out The Window, el dúo se ríe de sí mismo, y se toma con humor los conflictos sentimentales de los protagonistas del soul. Como si fuesen los mismísimos Stylistics, estética y coreografía incluidos, Silk Sonic cambia los lamentos del desengaño amoroso por la crítica abierta y sin censura. Lo dicen todo, pero, eso sí, sin descuidar por un momento el gusto musical.
«No hay nada vergonzoso en suplicar bajo la lluvia. Dile cómo te sientes realmente»
Como anuncia la voz de Bootsy Collins al principio de Put On A Smile “No hay nada vergonzoso en suplicar bajo la lluvia”. Siguiendo su consejo, éste es uno de los grandes temas melódicos del álbum, en el que Bruno Mars y Anderson .Paak parecen invocar al mejor Donny Hathaway, aunque no sea de la onda Filadelfia. Un lamento romántico con todos los ingredientes, donde tampoco falta una oportuna lluvia melancólica.
El Sonido Filadelfia también tuvo una vertiente más canalla al servir de banda sonora para el cine de Blaxploitation. Aunque caía en los estereotipos, este subgénero fue un fenómeno cultural. Pese a todo, aquellas películas de acción de serie B pusieron a la comunidad afroamericana como protagonista, retratando la realidad del gueto con música funk a todo volumen. El séptimo tema del disco, 777, es la actualización de aquella cara B del Philly Sound. Un jugador en plena partida en Las Vegas, con la sección de viento rugiendo con el girar de la ruleta y el éxito de la jugada a ritmo de funky.
Skate es otro de los brillantes ejercicios de estilo de An Evening With Silk Sonic que, convertido en una roller-disco, parece salir directamente de la maleta de singles de un pinchadiscos en algún club de los setenta.
«Let’s tiptoe to a magical place (Come fly with me)»
Silk Sonic se despide, por el momento, y cierra esta velada de nostalgia con Blast Off. “Vayámonos de puntillas a un lugar mágico. Despeguemos y besemos la Luna esta noche. Veremos al mundo volverse loco desde el espacio exterior”. El disco se grabó en pleno 2020, cuando el mundo estaba dado la vuelta. Y el proyecto de pandemia de Bruno Mars y Anderson .Paak fue reunirse, de alguna manera, con aquellos que despegaron hace tiempo y “bailar sobre los anillos de Saturno” a ritmo del R&B. En un momento de la canción, casi parece que el mismo Prince está de vuelta para colgarse la guitarra una última vez y, tras él, el dúo emprende el vuelo. Mars anuncia “Despegando hacia buenas vibraciones ¿Podemos ir más arriba?”, y un coro le responde “Oh sí”. Desde luego que sí.
La canción termina, y Bootsy Collins se despide «directamente desde la estratosfera, con amor desde aquí arriba. Feliz camino”. No sabemos si Mars y .Paak continuarán su colaboración en el futuro, pero Silk Sonic ha chocado tres veces los talones de sus mocasines para despegar a un lugar mágico, más allá de este arcoíris de lentejuelas, pelo afro y bolas de espejos llamado An Evening With Silk Sonic. Porque Dorothy quería volver a casa, pero después de darse una vuelta por Oz.
