¿Qué son esos objetos siniestros
que germinan en nuestros sueños?
Una copa que bebe de la sangre
una pared que devora al durmiente[…]
Estos versos son el principio para poder entender la obra de la holandesa Elly Strik (La Haya, 1961). Un poema de Ben Okri, La entrada, que la artista identifica claramente con sus creaciones.
Fantasmas, novias y otros compañeros. Una exposición que aterriza por primera vez en España, en el Museo Reina Sofía de Madrid, donde la artista muestra en sus cuadros reflexiones acerca de la condición humana. Alrededor de unas 100 obras en las que utiliza óleo y lápiz sobre papel, soporte que prefiere la artista por ser más flexible que el lienzo, en las que combina cuadros de tamaños tan diversos como 2mx3m u otros de formato mucho más reducido.
Una exposición con un orden lógico, que comienza con un homenaje a Goya, uno de los pintores favoritos de la artista, y que ha estudiado muy minuciosamente: “Goya no tuvo miedo de ver, y eso hago yo, ver, observar”.
Goya y Goya (2004), es la obra más diferente de todas las exhibidas. Un collage basado en una foto de una boda, en la que Elly ha montado el rostro de Goya en la figura del novio y de la novia, simulando que el pintor del barroco se casa consigo mismo. Ambas personas “fusionan la luz y la oscuridad en el cuadro, que es lo que sucede en la vida”, explicó la pintora para introducir el tema principal de la exposición.
Otra parte del recorrido está basado en Darwin, donde Strik descubre aspectos del desarrollo de los humanos. Más adelante, en una sala oscura, se respira en el ambiente a Freud, del que destaca el mundo de los sueños y el inconsciente. Entre otros de los temas que trata en sus cuadros, se encuentran las Brujas y místicos, Nacimiento y novia, Boda, o Rituales y renacimiento.
Una muestra que contiene dos elementos fundamentales, como bien ha afirmado el comisario de la exposición y director del museo, Manuel Borja-Villel, donde destacan el primero, el dibujo, y el segundo, los rostros. “Los dibujos son formatos grandes, hipnóticos, elementos de volver y volver a hacer, generando una atmósfera de sueños”, aseguró Borja-Villel, mientras que “los rostros son imágenes que se revelan y ocultan”.
Un punto que abre aun más la curiosidad al espectador por todas las obras, es Gorilla Girls (2006). Es una figura que genera una trasgresión, al ver una mujer que esconde su rostro tras una careta de gorila. Un aspecto que «representa ser, pero no es», y que hace concentrar una inquietante animalidad femenina, a través de la cara de mono.
Conocer sus obras es conocer a Elly, ya que dice “dibujar a partir de su condición de mujer». “El efecto final es táctil y está cargado de erotismo”, dijo el director del museo, ya que, como afirma la artista, “forma parte de todos nosotros. Y yo trabajo con mi cuerpo”.
Hay un rostro del tamaño de una pared, se inspiró Elly ante los medios leyendo un verso del poema Revelar, de Ben Okri que hay escrito en la pared. “Una obra de una pared tiene dos dimensiones: que está en la pared, y que está frente al espectador. Intento ser como un libro cuando se abre y hay dos páginas”, aseguró la artista respecto a su trabajo.
En estas figuras fantasmales se encuentra una verdad, la verdad de Elly Strik. Una artista singular con una personalidad propia. Una exposición con saltos en el tiempo, donde asegura su autora que es relativo, ya que hablar del 2000 o el 2013 para ella no cambia en su trabajo, “porque el pasado también está presente ahora».
Un recorrido muy fantasmagórico que se puede realizar en la tercera planta del Edificio Sabatini, donde se podrá ver en los pasillos del Reina Sofía hasta el 26 de mayo 2014, y donde el público podrá envolverse entre sueños, brujas y fantasmas, porque como bien dice la autora de estos cuadros “un fantasma siempre también es un acompañante”.
