Toma el dinero y corre (Take the money and run)
1969
Toma el dinero y corre (Take the money and run, 1969). Historia de Virgil, atracador inepto y de su desastrosa carrera criminal. Es el Woody Allen a su principio y contiene algunos gags inolvidables: el más famosa es aquel con el cual los empleados de un banco malinterpretan las amenazas escritas por el pobre Virglil durante un robo.
Manhattan (Manhattan)
1979
Manhattan, 1979. En un Nueva York en blanco y negro, Allen encuentra el escenario perfecto y su temática favorita: amor y desamor en el entorno intelectual neoyorquino. Es considera un clásico en la historia del cine, de ella diría el propio Allen: «Siento verdadera pasión y una gran devoción hacia la ciudad de Nueva York y creo que en la película se la ve de la forma más hermosa que se ha visto nunca en el cine. Cuidamos mucho la fotografía y creo que es realmente impresionante».
Zelig (Zelig)
1983
Zelig, 1983. A través de las suertes de Leonard Zelig, personaje capaz de asumir cualquier identidad, el director neoyorquino enfrenta el tema de la asimilación hebraica. Extraordinaria la capacidad en Allen en mezclar elementos documentales con otros de ficción. Los propios técnicos se ocuparon de pisotear las cintas y las ensuciaron para lograr un efecto real de película antigua en la cinta.
Match Point
2005
Match Point, 2005. Allen se acerca de nuevo al tema del delito sin castigo: historia de un arribista que no duda matar para escalar peldaños. Castigo o salvación se convierten en un juego de casualidad: la pelota que roza la red y determina la victoria o la derrota. Rodada en Londres, con Match Point comenzó Woody Allen un periplo cinematográfico europeo que le llevó a rodar también en Barcelona, París o Roma y que duraría hasta 2013, fecha en la que vuelve a su Nueva York natal con Blue Jasmine.
Medianoche en París (Midnight in Paris)
2011
Medianoche en París (Midnight in Paris, 2011). Allen sigue con su peregrinación por las capitales europeas. Aquí a través de la historia de un joven e insatisfecho escritor estadounidense, mágicamente lanzado en el pasado. El director rinde homenaje a la París mítica de los años Veinte. Tras los encuentros con Fitzgerald, Picasso, Hemingway, Buñuel, el protagonista comprende su verdadera vocación y encuentra el amor, pero también la consciencia de que es inútil extrañar el pasado.
