Cientos de personas se agolpaban a las puertas del Teatro Lara a pesar del frío propio de noviembre en Madrid. Hacía tiempo que Luis Alberto Segura, o lo que es lo mismo, L.A., no pisaba los escenarios madrileños, y la expectación era patente. Era por tanto una noche en la que el cantante y su banda se enfrentaban al reto de demostrar por qué se les considera una de las bandas más en forma del circuito.
El teatro recibía a los fans con la ya tradicional cerveza propia de los conciertos organizados por Son Estrella Galicia, aunque esta vez un botellín no sería el único regalo. Tras presentar la entrada, cada asistente se llevaba una copia del nuevo single del mallorquín, Secrets Undone, en formato vinilo. Como diría más adelante Luis Alberto, «el single es exclusivo, no se han hecho más copias, así que disfrutadlo». Bonito gesto de un artista que, gracias a detalles como este, mantiene un público fiel.
Los villancicos se sucedían en el hilo musical mientras la gente ocupaba sus asientos, cuando pasadas las diez y media la luz caía y Luis Alberto y su banda salían al escenario. Sorprendía el primero con el pelo teñido de rubio, lo que sirvió para despertar un murmullo de rumores y comentarios más o menos jocosos. Pero con el primer acorde se hacía el silencio y comenzaba el concierto.
Away from me, cara B del nuevo single, abría la noche de manera tímida. Manteniendo el estilo del grupo, el nuevo tema sonaba algo apagado. Lo mismo sucedía con los temas siguientes Under radar y Oh, why?, ambos de su último LP, Dualize. Luis Alberto explicaba el motivo de este inicio: «por desgracia, tenemos un limitador de sonido y no podemos tocar como quisiéramos. De todos modos, hacía mucho que no pisábamos los escenarios y tenemos muchas ganas, así que daremos lo mejor». Puede que tras esta explicación el limitador desapareciese de la sala o de la propia banda, pero el siguiente tema, Perfect Combination, sonaba mucho más potente, y conseguía meter al público en el concierto.
Desde ese momento se pudo ver al L.A. que todo el mundo venía buscando. Los temas de Dualize, Slnt Flm y Heavenly Hell se sucedían de manera improvisada alternados con otros que, en palabras del mallorquín, «formarán parte del nuevo álbum, que aún no sabemos cuando saldrá». No había un repertorio definido, envolviendo el concierto en un halo de espontaneidad que alcanzó el clímax cuando Luis Alberto despidió a la banda por un momento «para probar algo nuevo». Con una guitarra acústica desenchufada, el mallorquín abandonó el micro y se sentó en el escenario para regalar al público un tema a capella. La acústica del Lara acompañó de la mano los acordes de la guitarra mientras que la voz cantaba un tema antiguo, What I’m fighting for? Con el público aún asimilando lo que acababa de presenciar, sonaría otro tema de los discos previos a Heavenly Hell, Movie Star, esta vez ya con el micro y la guitarra eléctrica, consiguiendo una ovación que se prolongaría más de lo que suele acostumbrar.
Tras este momento de intimidad, el resto de músicos volvía al escenario para afrontar la recta final del concierto. Crystal clear conseguía por primera vez en la noche poner a algunos asistentes en pie, pero hubo que esperar al bis, con After all y Outsider, para ver a todo el teatro aplaudiendo, cantando e incluso bailando, rendidos ante un grupo que había conseguido superar con creces el reto al que se enfrentaban esa noche.
Ahora sólo nos queda disfrutar del pequeño adelanto que nos regaló y desear que el 2015 sea el año en el que podamos disfrutar del nuevo disco de L.A.
